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Ahora resulta que el senador Paraguayo Cubas cumple también funciones de periodista y tiene un programa en un canal de cable con muy poca audiencia, por lo que casi nadie se enteró, hasta que ayer se le ocurrió aparecer en la cámara con un micrófono, participando de la rueda de prensa que realizó el presidente Silvio Ovelar. Lo que parece no haber tenido en cuenta es que eso le convierte en un violador de la Constitución, ya que no puede ejercer ambas funciones a la vez.
El artículo 196 de la Constitución dice que senadores y diputados solamente podrán ejercer funciones en la docencia y la investigación científica. Cualquier otra actividad es incompatible con el papel de legislador, incluido el ejercicio del periodismo.
Es muy frecuente que los legisladores hagan pito catalán a esta previsión constitucional, especialmente los abogados, que siguen ejerciendo la profesión a pesar de tenerlo prohibido. Ahí está el caso, por poner un ejemplo, del diputado abdista Ulises Quintana, guardando prisión preventiva por estar imputado por enriquecimiento ilícito, quien en su defensa ante la sospecha de que estaba involucrado en tráfico de drogas, dijo que el presunto capo narco Reinaldo Cabaña, alias Cucho, solamente era su cliente y no su cómplice.
Pero para qué ir tan lejos. Apenas el miércoles, Diputados aprobó un proyecto de Ley que recuerda la inhabilidad constitucional para ejercer otros cargos que no sea el de la docencia, y aclara que esta prohibición incluye a rectores, decanos y directores de centros educativos, porque su cargo es meramente administrativo, como ordenadores de gastos, por lo que también están impedidos de realizar esta tarea.
Pero ahora resulta que Payo, gran denunciante de los violadores de la Constitución, hace exactamente lo mismo ya que, había sido, durante sus meses de suspensión sin goce de sueldo habría estado con serios problemas de dinero, por eso consiguió ser contratado como conductor de un programa en un canal de cable y ayer, con un micrófono de ese medio, actuó de periodista en los momentos previos de la sesión a la que se integraba después de su sanción.
En una sesión anterior, él mismo había denunciado a sus colegas abogados y senadores, por seguir ejerciendo la profesión a pesar de que eso violaba la Constitución, y resulta que ahora actúa exactamente de la misma manera.
Si a Payo le seduce la idea de seguir conduciendo un programa de televisión, tendrá que renunciar a su banca en el Senado. De lo contrario, persistirá en lo que siempre denunció, la violación a la Constitución Nacional.
