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Los tres poderes del Estado y la jerarquía de la Iglesia Católica paraguaya suscribieron ayer jueves un acuerdo en el que se comprometen a buscar una solución definitiva a la problemática de los ribereños. La idea es que en unos siete años se pueda resolver el tema en Asunción, según anunciaron. La ministra de la Senavitat, Soledad Núñez, resaltó que la situación en los bañados es sumamente urgente, ya que “estamos ante una crisis humanitaria”. Unas 20 mil familias estarían afectadas por esta problemática.
ASUNCIÓN.- El encuentro con los representantes de los tres poderes del Estado tuvo lugar en la sede del Arzobispado de Asunción y fue con el objetivo de tratar la problemática de las familias que viven en la zona ribereña de Asunción. La iniciativa fue de las autoridades de la Iglesia Católica.
El presidente del Congreso, Mario Abdo Benítez, destacó la apertura al diálogo que hay entre todas las partes y por sobre todo que el protagonismo durante la reunión lo tuvieron los afectados.
“La idea es establecer una hoja de ruta para construir políticas a largo plazo y lo más importante es el gran diálogo que se va hacer con la presencia y el protagonismo de quienes son los afectados, porque lo más importante es escucharles”, expresó finalmente el parlamentario.
A su turno, la ministra de la Secretaría Nacional de la Vivienda y el Hábitat (Senavitat), Soledad Núñez, celebró la iniciativa convocada por el Arzobispado de Asunción, para analizar cuáles son las acciones que se pueden tomar de manera inmediata en coordinación con los tres poderes del Estado para dar una solución al problema de los bañados.
“Esta es una situación sumamente urgente, ya que estamos ante una crisis humanitaria, una situación que nos convoca con urgencia actuar y celebramos este encuentro desde el gobierno, de manera tal a que se puedan aunar esfuerzos para construir y mejorar la calidad de vida de las familias”, indicó.
La secretaria de Estado reconoció que pese a los esfuerzos que están haciendo desde el gobierno aún queda mucho por hacer para poder revertir la situación que vienen atravesando las familias desde hace años.
Por su parte, el intendente de Asunción, Mario Ferreiro, dijo que esta es una causa nacional que debe involucrar a todos los paraguayos y que debe ser entendido como algo que no se va a resolver en un año, sino que lleva su proceso y por ende más tiempo.
Expresó que “en un promedio de 5, 6 o 7 años podríamos terminar con el drama de las inundaciones, y con este flagelo que afecta a 100 mil personas a más de 20 mil familias que hoy vemos que están en las plazas y en las calles”.
Comentó que en la ocasión se firmó un convenio, en el que se estableció como prioridad el trabajar por la gente y que esto debe estar por encima de cualquier ideología política. “Lo que ha trancado muchas veces este proceso es que algún sector quiso adueñarse de la idea y eso siempre genera rechazo de los otros sectores”, añadió.
El jefe comunal destacó que ante una problemática como la inundación que afecta a cientos de familias ribereñas se tiene que dejar de lado las cuestiones ideológicas y “vamos por el lado de las cuestión humanitaria que es lo fundamental”, remarcó finalmente.
