ADN Digital
El asunto se va volviendo cíclico. Ciudad del Este prospera con el comercio fronterizo, soplan buenos vientos, todo el mundo contento, las perspectivas son harto favorables, llegan los famosos “sacoleiros”, se atosiga el puente y el ambiente es de buenos negocios que van a y vienen.
Entonces, justo en ese momento, el Brasil anuncia uno de sus ya tradicionales “operativos de guerra”, por supuesto contra el tráfico de armas, drogas y el contrabando. La cantinela es la misma, año tras año. Por supuesto que existirá este tráfico infame, pero la movilización tan terrible es absolutamente desproporcionada. Salen con tanques de guerra, blindados, batallones enteros de agentes súper equipados, si hasta parece que nos declararon la guerra en serio, por el modo en que van pertrechados.
En el operativo actual que se denomina “Ostium” intervienen nada menos que aeronaves de guerra y se llegó a montar ¡aunque usted no lo crea!, una base aérea móvil ubicada a 140 kilómetros del puente de la Amistad. Falta solamente que anuncien la utilización de armas nucleares y misiles guiados con drones, como el que coloco EE.UU, en el ojo del segundo de Al Qaeda, a cientos de miles de kilómetros de allí, merced a una operadora que estaba sentada cómodamente en una poltrona en ¡¡¡Las Vegas!!!, en el exdesierto de Nevada.
La pregunta es, pero ¿Por qué tanta alharaca? La primera respuesta, altruista, es porque quieren ahogar, estrangular, el comercio. Si hasta parece una razón patriótica, pero surge la duda cuando se piensa que la mayoría de los capitales más fuertes que operan en la frontera son de ese origen. Entonces, se plantea así la segunda respuesta a tanto alboroto, que es mucho más siniestra, pero dados los antecedentes de quienes gobernaron Brasil en las últimas décadas, es de lo más probable.
Hacen el inmenso despliegue militar para generar cuantiosos gastos al erario público, generándose por detrás un festival de impudicias económicas donde los más corruptos salen ganando millones de dólares. Es un axioma que toda “guerra” siempre deja nuevos millonarios.
Es lo único que explicaría este carnaval fuera de tiempo. Y solamente así se entiende también que se hayan realizado tantos operativos de este tipo a lo largo de los años, décadas en realidad, sin que se anoten resultados importantes, salvo los habituales decomisos que se pueden lograr sin tanta rimbombancia.
¡Qué bueno sería que la Fiscalía brasileña le eche una mirada a esta guerra de opereta, fuente segura de viejos ríos de corrupción!
Por ahí surge otro “Lava Jato”.
Y dejan en paz a CDE.