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ASUNCIÓN. El cierre por dos semanas de la Municipalidad de Ciudad del Este, vinculado al resultado de Covid-19 positivo detectado en el intendente Miguel Prieto, no hace sino reiterar el alcance devastador que puede tener la irresponsabilidad de la conducta personal al considerar al nuevo coronavirus como “un cuento”.

El señalado Prieto se había, no solo burlado públicamente de las medidas preventivas anti-Covid-19, sino que en muchas manifestaciones de partidarios suyos se registraron aglomeraciones en las calles de la capital altoparanaense, en abierta violación de la cuarentena inteligente. Detalle este pasado por alto por la fiscalía, llamativamente.

Así, todo indica que, si Ciudad del Este tiene el 83 por ciento de los casos positivos de todo el Alto Paraná, y si este departamento es el que más contagios con Covid-19 registra, no es una coincidencia.

Las autoridades sanitarias ya han repetido hasta el hartazgo acerca de lo mínimo que cada individuo debe incorporar a su modo de vida en el mundo con Covid-19.

Pero, si las propias autoridades electas, o líderes políticos, o referentes sociales se manifiestan de manera desafiante ante la prevención, eso puede inducir a una desobediencia con mortales consecuencias.

Hace días, Prieto, haciendo gala de una soberbia suicida, se burló de las medidas preventivas anti-coronavirus, las menospreció, incurriendo en prácticamente una afrenta a la memoria de las 29 víctimas fatales que ya causó el Covid-19 en nuestro país.

“Ya no creo más en el coronavirus, ya no creo, ya no me trago más tanto ese cuento”, aseveraba en tono sarcástico Prieto. Ahora, el “cuento chino” está en su cuerpo. Y así como se contagió, casi con seguridad, sin saber cómo, es imposible aventurar a cuánta gente él pudo haber contagiado.