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ASUNCIÓN.– El diputado liberal Carlos Portillo parece no haber aprendido nada de la vida a pesar de sus más de 7 títulos universitarios. Dice que la grabación en la que se lo escucha negociar un caso judicial, fue realizada con mala intención y que cuando la otra persona le decía “te voy a mandar… te voy a depositar”, no tenía idea de que hablaba de dinero y no del expediente.
Portillo quiere convencer a la ciudadanía de que es un “nene de pecho”, aunque su cara y trayectoria lo delatan. En los últimos meses del 2017 aparecieron 2 grabaciones en las que se lo involucraba en cuestiones “non sanctas”, las cuales no fueron siquiera consideradas por el PLRA, siempre presto para censurar y/o pretender un castigo para quienes rozan la línea de la legalidad, siempre y cuando pertenezcan a la ANR o al llanismo liberal.
En uno de los audios parece estar negociando alguna sentencia con una mujer, la cual le pregunta claramente en donde “te voy a mandar”, “te voy a depositar”, y él responde que enviará a un familiar para recibir lo que sea. En la segunda, parece estar presionando a otra mujer a cambio de quién sabe qué, y le advierte que ella necesitará, en algún momento, de sus favores.
En los 2 audios hay algo que queda claro, el diputado con los más de 7 títulos universitarios es un ser retorcido, que utiliza su supuesto poder como legislador para conseguir ventajas personales, lo cual, en castellano sencillo, se llama tráfico de influencias. Lo increíble es que con tanta evidencia en su contra, Portillo dijo ayer que “en cosas turbias nunca me metí y no me voy a meter porque no es mi estilo”. Añadió que, en cuanto a la primera grabación, cuando la mujer le manifiesta que le mandaría o le depositaría “algo” y él dice que mandará a un pariente a buscarlo, el pobrecito jamás se imaginó que se tratara de alguna especie de pago, sino que creyó que se refería al expediente del que hablaban. Lo único que dice en su defensa es que es víctima de personas malintencionadas que pretenden envolverle en temas oscuros de los cuales es absolutamente inocente.
