En el precario pizarrón la docente trata de escribir algunas palabras.
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Prebendarismo educativo propicia la ignorancia

La Prof. Dolly Espíndola, una docente de la ciudad de Pilar departamento de Ñeembucú, con apenas un salario de G.1.824.055, debe recorrer 66 km. para enseñar, explica que en la actualidad el prebendarimos educativo propicia la ignorancia. Destaca que mientras ella tiene que hacer esta travesía, gran parte en moto, luego en canoas y a pie, sus colegas ya no se animan a sacrificarse y cada día piden más aumentos salariales, olvidándose del principal objetivo de su formación profesional, cual es enseñar a los niños.

ASUNCIÓN.- En el Paraguay, que soportó más de tres décadas de política dictatorial, la educación no constituía ninguna prioridad, sino al contrario era para el gobierno una herramienta de manipulación puesta al servicio del sistema dictatorial, en otras palabras era una de las fuentes del poder. En este contexto los educadores, se desenvolvían en un ambiente tremendamente hostil, inadecuado y carente desde el punto de vista de los factores de educabilidad.

Después vino la democracia, pero la educación siempre quedó en segundo plano, las escuelas y los docentes seguían y siguen soportando las mismas necesidades. A esta problemática también se acopló el prebendarísmo educativo de los docentes que gran parte del año se pasan de manifestación en manifestación, olvidándose del principal objetivo de su profesión: educar.

Sin embargo, no todos están metidos en la misma bolsa, existen casos excepcionales como de la Prof. Dolly Espíndola (36), quien apenas con un salario G.1.824.055 cumple su rol de docentes en la lejana comunidad de Potrero González, Dpto. de Ñeembucú. El diario ADN Paraguayo, interesado en su trabajo conversó con la educadora.

ADN – ¿Prof. quiere comentarnos algo de su familia?

DOLLY – Mi papá se llama Bernardo Espíndola Cabrera, es agricultor y mi mamá, Lucía Tórres de Espíndola, es ama de casa. La familia está compuesta por 6 hermanos, de los cuales 4 somos mujeres y 2 varones. Una de mis hermanas se llama Liz es abogada, Raquel se profesionalizó en corte y confección, y la última Irene está estudiando licenciatura en matemática. Mientras tanto uno de mis hermanos, Rodrigo, está estudiando mecánica y se encuentra prestando su servicio militar en la RC2 de Pilar y el último, Ramiro, está en el 4º grado en la localidad de Esteban Martínez.

ADN – ¿Usted es casada, tiene hijos?

DOLLY – Estoy casada con Miliciades Valenzuela, el es pescador siempre me apoyó y tenemos una nenita de un año y tres meses que lleva el nombre de Luz Valería Valenzuela.

ADN-  ¿Cómo surgió su interés por la docencia?

DOLLY – Me acuerdo que en el 1º grado teníamos un profesor que venía a enseñarnos debajo de un árbol de timbó que estaba frente a la casa del señor Salvador Arrúa en la localidad de San Roque de Desmochado me gustó la forma que enseñaba y me propuse hacer lo mismo. Una vez que culminé mis estudios secundarios me embarque a Pilar y a los 20 años inicié mis estudios de Formación Docente.

ADN- ¿Es oriunda de Pilar?

DOLLY – Soy oriunda de Mayor Martínez, vine a estudiar Formación Docente a Pilar y me quedé. Me recibí como docente en el 2003, soy egresada del Centro de Educación de Pilar, pero ante la falta de un lugar para enseñar, trabajé como empleada doméstica. Igualmente, seguí estudiando lengua guaraní para profesorado y como no conseguía trabajo entré a trabajar en una heladería.

ADN – ¿Cuándo empezó a enseñar?

DOLLY –En el 2010 me fui de reemplazante en una escuela de Estero Kambá. Cuando empecé mi marido me llevaba en la moto, nos caímos y nos levantamos para continuar nuestro viaje, nunca se rindió. Además cuando no pude más ensañar por mi embarazo y no se cobraba al instante por el reposo y él pagaba a mi reemplazante. Igualmente, siempre me ayuda en la escuela a arreglar la infraestructura y los pupitres.

ADN – ¿Cómo fue para enseñar en Tacuara?

DOLLY – En los últimos días de febrero de 2011 vinieron mis colegas Francisco Cano y Ramona Jara y me consultaron si no quería ir a enseñar ahí. Recordó que era un sábado de noche y estaba lloviendo, luego le llamé a mi marido y le consulté sobre el tema y me dijo que yo tenía que elegir y me iba a apoyar cualquiera sea la decisión.

Un día martes abordé un colectivo y me dirigí a la localidad de Potrero González, los padres me indicaron donde tenía que bajar, pero me equivoque y me baje en otro lugar, además seguía lloviendo. Para que empeore mi situación también se me terminó la batería del celular, no sabía qué hacer ni hacia donde irme, estuve esperando y después de media horas, más o menos, apareció un padre de familia con su hijo, caminamos como 2 km. y nos subimos a la canoa  y me acompañó hasta la escuela.

ADN –  ¿Qué hora empieza su rutina diaria?

DOLLY – Comienzo diariamente a las 5:00, hora en que me despierto. Salgo a las 6:00 y llego en una hora y media a la ruta; me voy en una moto 110 cc, camino unos 20 minutos más o menos hasta un puente y me subo en el cachiveo y de ahí tardo 40 minutos. Luego de alcanzar la orilla del río, camino un poquito más y llego a la escuela. Enseño en una institución anexa a la Escuela Básica San Roque González de Santa Cruz y tengo siete alumnos, a los que enseño en un aula de modalidad plurigrado.

ADN- ¿Cuáles son sus principales metas?

DOLLY –En la localidad de Potrero González, por lo que estoy luchando es que los niños tengan una visión más amplia y valoren el estudio. La mayoría de los padres son muy conformistas, dicen que sus hijos ya saben leer y escribir, y que ya es suficiente, al terminar el 6º grado ya abandonan la educación.

ADN – ¿Podrías nombrar las necesidades más urgentes?

DOLLY-Existen pocos materiales didácticos, cuento con libros de Atlas y de Océano que son de mi propiedad, pero son insuficientes. Mencionó que enseña 5 grados y valoró el apoyo de algunas exdocentes que le proveen también de algunos folletos.

ADN – ¿Cuánto gasta en movilidad?

DOLLY –El gasto en combustible representa una erogación de G. 500 mil mensual, pero con el mantenimiento y algunos arreglos esta cifra se eleva. Además estoy pagando todavía por el biciclo una cuota de G. 385 mil mensual, poco o nada ya me queda de mi salario que es apenas G. 1.824.055.

ADN – ¿Cómo hace para conseguir la comida?

DOLLY-  En la zona donde enseño no hay lugar para comprar comida,  recién a la vuelta de la escuela me alimento en casa, pero para soportar el hambre también consumo con los niños la merienda escolar.

ADN- ¿La escuela reúne los requerimientos necesarios para una buena educación?

DOLLY –La estructura de la escuela es de material cocido,  mientras que el techo es de zinc, pero reciclado y cuando llueve los niños (7) tienen que esquivarse de las goteras.

ADN –  ¿Cómo es la relación maestra-escolares y cuáles son las proyecciones de los niños?

DOLLY –Antes de que empiecen las vacaciones, los alumnos se despidieron de mí y me sentí muy emocionada casi se me escaparon algunas lágrimas, especialmente cuando me abrazaron. “Una de mis alumnita, que se llama Joanna, quien vivía conmigo en la escuela por un tiempo, fue quién más sintió que íbamos a separarnos por dos semanas”.

 Unos de los alumnos quiere ser profesor, y le dije tenés que apurarte y estudiar mucho, para que cuando yo me jubile ocupes mi lugar.

ADN – ¿Reciben asistencia tanto del MEC, como de la Gobernación de Ñeembucú y la Municipalidad de Tacuara?

DOLLY –Este año no estamos recibiendo prácticamente nada de ninguna de estas instituciones, prometieron de todo un poco, pero no están cumpliendo. Muchas veces me sentí impotente por las necesidades e incluso ya pensé en dejar la educación, pero al verle a mis niños reuní nuevamente fuerzas para volver.

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