Dirigentes del sector frutihortícola se reunieron con el ministro de Agricultura y Ganadería, Carlos Giménez, con el propósito de construir una agenda común que permita dar respuesta a las principales preocupaciones de los productores locales. Entre los temas centrales de la conversación estuvieron la regulación de importaciones, el fortalecimiento de la comercialización y el combate al contrabando.
La presidente de la Asociación de Comerciantes Frutihortícolas, Karen Leguizamón, lideró el encuentro y resaltó la necesidad de sostener una mesa de diálogo permanente con el Gobierno para anticipar problemas y coordinar soluciones. El tomate y la cebolla fueron los rubros priorizados, debido a su peso en la economía familiar campesina y su influencia en los precios del mercado.
Leguizamón explicó que se prevé un aumento en la producción de tomate a partir de mediados de mayo, lo que permitiría abastecer en mayor medida al mercado interno. Actualmente, una gran parte de la cosecha nacional está siendo canalizada hacia el programa estatal Hambre Cero, lo que limita la disponibilidad para la venta libre.
Otro punto de la conversación fue la necesidad de abrir posibilidades de exportación en caso de que se registre un exceso de oferta, como ha ocurrido en el pasado. Según recordó la dirigente, en años anteriores muchos agricultores se vieron obligados a descartar toneladas de tomates ante la falta de canales de venta, una situación que pudo evitarse el último año gracias a una mayor articulación con las instituciones públicas.
Durante la reunión también se analizaron mecanismos para garantizar precios justos, mejorar la calidad del producto ofrecido y monitorear el comportamiento del mercado. En paralelo, se valoraron los operativos contra el contrabando que lleva adelante la Dirección Nacional Anticontrabando, los cuales, según los productores, ya están mostrando resultados concretos en las zonas más afectadas.