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ASUNCIÓN.- Aunque es conocido por sus exabruptos y su descontrol, hay que reconocer que la bronca que Rodolfo Friedmann le tiene a Horacio Cartes, que, en realidad, encubre el inmenso temor de que le saque la banca que usurpa, es llamativo. Como sabe que jamás va a tener un espacio igual, desde el 1 de julio –al día siguiente de jurar en un cargo para el que no fue electo- aprovechó las sesiones para atacar al expresidente, a quien, incluso, llegó a amenazar con “quemarle en una plaza pública”.
Aseguró además que “Cartes es el mayor traficante de cigarrillos y lavado de dinero”, y aunque amenazó durante varias semanas con que lo denunciaría ante la Fiscalía, jamás lo hizo porque desde Estados Unidos desmintieron unas supuestas pruebas que tenía, y que correspondían a un caso de varios años atrás, ya suficientemente aclarado.
Cuando no pudo conseguir que la mayoría del Senado aprobara una resolución para que la Justicia incluya al expresidente en la investigación en contra de Darío Messer, y ante la orfandad de pruebas para el Ministerio Público, consiguió que ambas cámaras aprobaran la creación de la bicameral, en donde está instalado y en condiciones de cometer todo tipo de abuso en su clara persecución hacia el expresidente.
