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El presidente del Senado, Roberto Acevedo, es la prueba viviente de lo necesaria que fue la modificación al reglamento interno de la cámara, que ahora obliga al titular a dar entrada a cualquier proyecto que sea presentado por Secretaría, y que sea el pleno el que decida su tratamiento o rechazo. Como no reconoce la sesión del martes, sigue amenazando con que no dará entrada al proyecto de enmienda.
ASUNCIÓN.- En la sesión extra del martes pasado, presidida por el vicepresidente 2do., Julio César Velázquez, se modificaron artículos del reglamento interno del Senado, de manera absolutamente legal. Una de las modificaciones más importantes establece que, a partir de ahora, el presidente del cuerpo colegiado, no tendrá en sus manos la prerrogativa de decir si un proyecto presentado en Secretaría pasa o no a tener entrada en plenario.
A partir de ahora, con la modificación introducida, Acevedo no tendrá la menor posibilidad de rechazar –per sé- un proyecto, sino que permitirá que tenga entrada y será el plenario el que decida si tratarlo o rechazarlo.
Como Acevedo y el “grupete” de disidentes y opositores siguen insistiendo con que la sesión pasada fue nula, lo que hacen es desconocer las modificaciones al reglamento aprobadas en ella, así que el pedrojuanino sigue presumiendo de que tiene facultades para rechazar un proyecto y que es lo que piensa hacer con el de la enmienda.
Eso solo basta para demostrar la oportunidad de esta modificación, puesto que de regir el reglamento anterior, el presidente del Senado podría tirar al basurero el proyecto de enmienda, sin dar a sus colegas, que son pares suyos, la posibilidad de estudiarlo.
La otra modificación al estatuto está también más que justificada. El nuevo artículo dispone que para que un proyecto –por más importante que sea- sea tratado sobre tablas, solamente se necesitará el apoyo de la mayoría de los presentes, y no los 2 tercios que exigía la redacción anterior.
Resulta que, cuando aún tenían mayoría, disidentes y opositores coparon la mesa directiva de todas las comisiones asesoras del Senado. Así que si el proyecto de enmienda es girado a la Comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por Adolfo Ferreiro, el dictamen puede ser dilatado eternamente, evitando así que la enmienda pueda ser aprobada en tiempo y forma para entrar en vigencia en las próximas elecciones generales.
Pudiendo plantear, con mayoría simple, el tratamiento sobre tablas el mismo día en que tenga ingreso al pleno, el proyecto tendrá un rápido trámite, habida cuenta que el sector proenmienda ya cuenta con mayoría en el Senado.
