ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- Como paradoja de la vida, al iniciarse la Cuaresma, el sacerdote Silvestre Olmedo, procesado por una supuesta coacción sexual, tendrá que guardar prisión preventiva en la cárcel de Tacumbú. El cura cumplía funciones en la ciudad de Limpio y fue acusado por Alexandra Torres (20), catequista de la iglesia de la referida ciudad de manosearle el pecho.
La jueza Elsa Ydoyaga, tras la audiencia preliminar de imposición de medidas, determinó que el religioso guarde prisión en el citado penal. Los antecedentes del caso revelan que la fiscal Luciana Ramos había imputado y pedido la prisión preventiva del sacerdote en el mes de diciembre.
El caso ocurrió el 21 de setiembre del año pasado. La víctima realizó la denuncia ante la Fiscalía incluso después de haber hablado con el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, quien le habría pedido que esperara mientras tomaba una decisión acerca de las acusaciones.
Alexandra Torres, supuesta víctima, había mencionado que el sacerdote la acosaba mediante mensajes de texto, incluso en algún momento le tocó el pecho.
Posiblemente existan otras tres mujeres que tuvieron lamentables experiencias similares a la de Alexandra con el mismo sacerdote. “Tengo conocimiento de que a tres chicas más él le hizo algo similar. Luego de contar mi historia, me contaron que sufrieron también acoso de parte de él”, aseguró Torres.
El sacerdote Silvestre Olmedo, inicialmente aseguró que solo “le abracé mucho” a la joven que lo denunció por acoso, aunque posteriormente reconoció que le tocó el pecho, “pero no había ninguna intención de hacer algo”, dijo.
El caso tomó notoriedad nuevamente hace unas semanas, cuando el arzobispo de Asunción, Edmundo Valenzuela, mediante una carta, calificó de “piedrita” la denuncia mencionada.
Valenzuela, en la misiva, pedía que no se haga una montaña de la piedrita. El arzobispo incluso se llegó a referir al tema afirmando que una cuestión grave es el abuso de un menor y que en el caso de personas mayores se trata de una tentación, luego el prelado pidió disculpas.
