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El exsacerdote de la ciudad de Limpio, Pbro. Silvestre Olmedo, quien fue procesado por acosar sexualmente a una joven catequista de la referida comunidad, finalmente quedó en libertad, pocos días después de dictaminarse su prisión domiciliaria y ser beneficiado con el cambio de carátula de su caso. La medida fue otorgada por la jueza Elsa Idoyaga y según la Fiscalía no hay peligro de fuga. Ahora el cura pide volver a dedicarse por completo a sus actividades de pastoral social.
ASUNCIÓN.- La Fiscalía se allanó al respecto al alegar que no existe peligro del fuga del procesado y tampoco podría obstruir la investigación.
El cura estaba cumpliendo la prisión domiciliaria en una casa de retiro de la ciudad de Luque, ahora que fue liberado deberá cumplir ciertas normas restrictivas como la de no salir del país, presentarse mensualmente al Juzgado de Limpio y la prohibición de acercarse a la mujer que lo denunció por cualquier tipo de medio. De no cumplir con estas medidas, las acciones previamente dictaminadas serán revocadas.
Olmedo, pese al escándalo que representó para él y para la Iglesia Católica la denuncia de acoso, mencionó a la magistrada que siente deseos de volver a dedicarse por completo a sus actividades de pastoral social.
LLAMATIVO BENEFICIO
Llamativamente la Justicia cambió la carátula en el caso del expárroco de Limpio, Silvestre Olmedo, quien pasará de ser investigado por coacción sexual a acoso sexual, que tiene una expectativa de pena de multa o dos años de cárcel. En ese sentido la jueza Elsa Idoyaga, explicó que se realizó un cambio de carátula en el caso, donde el religioso fue imputado primeramente de coacción sexual. Ahora está siendo investigado por acoso sexual, cuya expectativa de pena es de hasta dos años o multa.
LA DENUNCIA
Los antecedentes que guardan relación al caso refieren que Alexandra Torres (20), una joven integrante de la pastoral juvenil de la Parroquia San José de Limpio denunció que el 20 de setiembre del año pasado fue víctima de acoso por el sacerdote Silvestre Olmedo. La mujer radicó la denuncia policial y fiscal, luego de que en el ámbito eclesial minimizaran el hecho. La joven indicó que era sistemáticamente acosada por el sacerdote Silvestre Olmedo, inicialmente con palabras, hasta que un día el religioso la manoseó en la espalda y el pecho. Según la joven, el sacerdote aprovechó una tarde en que ella se encontraba sola en la secretaría parroquial para intensificar el acoso.
ARZOBISPO ENCUBRIDOR
La joven sostuvo que el arzobispo de Asunción y titular de la Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP) Mons. Edmundo Valenzuela intentó encubrir al cura. “monseñor Valenzuela me habló bien, tomó nota de todo lo que le comenté. Le dije que quería una respuesta. Ahí se calló un rato y dijo que no tenemos que atropellar, tenemos que ser prudentes, cautelosos y que también está la dignidad del sacerdote. “Eso nos dijo y no fue ninguna respuesta para mí, quedé decepcionada y mal”, apuntó la catequista. Señaló igualmente, que arzobispo de la Diócesis de Asunción les dijo (a ella y a su amigo que la acompañó), “bueno, tienen que saber diferenciar entre el pecado y el pecador, pídanle al Espíritu Santo. Oren por él”.
