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“Sálvese quien pueda”

El prestigioso neumólogo compatriota (especialista en pulmón y vías respiratorias), Dr. José Fusillo, dijo algo importante que pasó casi desapercibido, debido a la parafernalia de noticias surgidas a raíz de los eventos con el EPP. Expresó su preocupación por que las consideraciones económicas están desplazando a las consideraciones sanitarias, en el tema de la pandemia, lo cual puede resultar muy peligroso.

El galeno encaraba con el periodista Benjamín Livieres, en el programa Tempranísimo, por GEN y la 9.70, el tema de las presiones para reabrir de manera urgente, el Puente de la Amistad.

Fusillo respondió textualmente que debido a la peligrosidad de la curva de contagios, que sigue subiendo, ello será decretar prácticamente un “sálvese quien pueda”, o sea, se podría ilustrarlo como el naufragio de un buque, donde solamente unos pocos afortunados lograrán sobrevivir y la mayoría se ahogará. Esa alerta podría incluso incluir, esperemos que no, el macabro espectáculo de muertos insepultos en las calles, como ocurrió en Ecuador, Bolivia y otros países.

En realidad tocar este tema es meter el dedo en la llaga en este momento, cuando todo el mundo está haciendo fuerza para que “se abra todo” y se deje de lado la imposición de la cuarentena, medida calificada incluso de “absurda”.

La justificación a toda prueba de quienes machacan en esta tesitura, es siempre la misma. La situación económica es grave y se está volviendo cada vez más insostenible.

Por supuesto que les asiste razón. No se puede negar que la economía familiar y la nacional, por supuesto, está hecha añicos y será sumamente difícil recomponerla.
Pero la disyuntiva, cuando respetados profesionales como Fusillo, lanzan semejante inquietud, es bien clara. O ganarse de nuevo el sustento o…morir en el intento.

En plan de alguna salida razonable de este laberinto, es dable pensar que la pandemia está dando síntomas de desaceleración en algunos países, e incluso aquí, de acuerdo a ciertos indicadores, en el Alto Paraná, lo que despierta la esperanza de que quizás realmente ya no falte tanto tempo para ir volviendo gradualmente a la normalidad.

Pero no a trancas y barrancas. Cuando el mal aún no alcanza su clímax. Abrir el puente, abrir las fronteras, abrir todo, en esta tesis, puede resultar una batahola de muerte y caos, que es lo que pinta Fusillo -y muchos otros- con su ejemplo del “sálvese quien pueda”.
Ante la presión populista e irresponsable de ciertas autoridades, como el intendente de CDE, da la impresión que el Gobierno está bajando rápidamente la guardia.

El mismo Mazzoleni, cuando apenas asoman algunos números positivos en CDE, ya adelantó que se podría ir abriendo gradualmente y bajo controles sanitarios, el Puente de la Amistad.

Por lo menos hubiera esperado que esos números se consoliden.

Muchos países, más desarrollados que el nuestro, apuraron el retorno a la normalidad y tuvieron que volver apresuradamente sobre sus pasos, ante un agresivo rebrote de la peste.

Es difícil pedir paciencia en semejantes circunstancias. Pero, odiamos decirlo, un paso en falso en cuanto al COVID significa solamente una cosa: Muertes masivas bajo el terrible código de la pandemia, donde ni siquiera se tiene la posibilidad de decir adiós a los seres queridos.

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