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Hasta los funcionarios de las cámaras del Congreso están de brazos cruzados y así permanecerán hasta el próximo sábado, cuando asuman las nuevas autoridades de las mesas directivas. En Diputados, los cambios no serán tan radicales, pero en el Senado se viene una renovación total, que afectará a las comisiones y a quienes dependen de ellas. El “grupete” tendrá que dejar el poder que disfrutó durante 2 años y no lo acepta.
ASUNCIÓN.– El problema en la Cámara de Diputados es la aprobación de las actas de 3 sesiones ordinarias, que exige el oficialismo colorado, junto con sus aliados llanistas y del Frente Guasu, y a lo que se oponen los disidentes y efrainistas. Si bien, estos últimos son minoría, durante esta semana seguirán teniendo la Presidencia a través de Hugo Velázquez, por lo que han boicoteado dicha aprobación en la sesión ordinaria del miércoles pasado y la extra convocada al día siguiente.
Esta situación volverá a presentarse el miércoles, cuando Velázquez presidirá la última sesión ordinaria antes de rajarse de la Presidencia. Si bien la idea es que allí se traten 2 proyectos fundamentales para el proceso electoral que está a la vuelta de la esquina, el del financiamiento político y el del desbloqueo de listas sábanas, no parece haber la más mínima posibilidad de que pudieran ser aprobados puesto que el conflicto de la semana anterior no ha tenido ningún avance.
Lo más probable es que estos y otros temas fundamentales, incluida la mentada aprobación de las actas pasen ya para la semana próxima, cuando esté en uso de sus atribuciones la nueva mesa directiva, presidida por el oficialista Pedro Alliana, con la liberal Ramonita Mendoza como vicepresidenta primera y el luguista Ramón Duarte en la Vicepresidencia segunda, quienes asumirán en sus cargos el sábado próximo, día en que el presidente Horacio Cartes dé su mensaje anual a la ciudadanía. Como aquí el relevo de guardia afecta exclusivamente a la Presidencia, puesto que no hubo cambios entre la mayoría y la minoría, la transición no será tan traumática.
En el Senado la cosa será más dura, puesto que el “grupete” que tuvo la mayoría durante 2 años, ahora la perdió. Esto implica que los cambios serán mucho más profundos, pues afectarán no solo a la mesa directiva sino a las comisiones y a las direcciones generales tanto de la cámara como del Congreso.
Pero, también allí, ésta será una semana improductiva, puesto que la minoría tendrá que hacer sus maletas aunque siga sin aceptar la llanura, mientras que los funcionarios estarán a la expectativa para ver en qué medida les afectarán los cambios que se vienen
