ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- Los senadores dejaron sin quórum la sesión en la que debían escuchar a los defensores del ministro Sindulfo Blanco. De los 23 que debían asistir estuvieron solo 12. Queda suspendido todo el proceso. Hoy no habrá alegatos ni sentencia. La mesa directiva fijará nuevas fechas, pero todo parece inútil. No habrá votos para condenar al miembro de la Corte Suprema de Justicia.
En la primera sesión del proceso, el 6 de abril pasado, se temía que no hubiera quórum, pero no fue así. Los senadores se convirtieron en tribunal y escucharon la acusación en contra de Blanco, formulada por la Cámara de Diputados.
Ayer se daba por hecho que volverían a asistir los mismos 27 senadores que estuvieron presentes en dicha sesión. El plan era que la defensa de Blanco presente las pruebas de su defensa. A nadie se le ocurrió pensar que no habría quórum, pero he aquí que fue justo eso lo que ocurrió. El mínimo para sesionar es de 23 pero solo estuvieron presentes 12 senadores, así que la sesión debió ser suspendida, y automáticamente quedaron suspendidas las 3 sesiones que debían ser convocadas para hoy, entre las cuales, la última era para que se conociera la sentencia.
Antes de iniciarse el proceso ADN ya había advertido que no era más que un circo montado para blanquear a los ministros Blanco, Óscar Bajac y César Garay, acusados por varios delitos por la Cámara de Diputados, porque no había votos (30) para condenarlos.
Y cada vez resulta más evidente que esto es así. Por lo tanto, no sabemos muy bien si alegrarnos o indignarnos por la vergüenza que protagonizaron ayer quienes forman parte de un poder del Estado. Alegrarnos si pensamos que quizá con esta suspensión habrá más tiempo para negociar con los rebeldes y conseguir los 3 votos que faltan para condenar a Blanco; pero parece que lo más lógico es indignarnos porque ni habrá votos y, muy probablemente, ni se concrete el juicio y todo termine en el opa reí.
Es más, mientras no se concrete el enjuiciamiento a Blanco, sea encontrado culpable o no, los otros 2, Bajac y Garay, no podrán ser enjuiciados y seguirán en el limbo, aunque gozando de todos los privilegios que tienen como ministros de la Corte y, peor, seguirán cometiendo los mismos delitos de los que se los ha acusado hace más de un año.
Llevamos décadas siendo objeto de burla de la clase política, pero parece que esta vez, nuestros legisladores se pasaron de la raya.
