ADN Digital
Artículos relacionados
El Estado, incluyendo los tres poderes, debe iniciar un proceso de transparencia que definirá una política impositiva real. El Ministerio de Hacienda no dispone de datos exactos de cuantas hectáreas cultiva cada productor, para poder con esta información pedir al Congreso, los ajustes a la Ley que rige el Iragro. A su vez, el Poder Judicial debe acelerar trámites de títulos de propiedad rural. El Servicio Nacional de Catastro (SNC) está cobrando a los municipios por un servicio que no realiza.
ASUNCIÓN.- El proyecto que apunta como factible elevar el monto del Impuesto Inmobiliario explicado por el tributarista Peter Hans tropieza con un catastro incompleto; inexacto: entonces, y hasta que esto se resuelva serviría una suerte de Plan B, aumentar el Iragro entre 5% y 10%.
Uno de los problemas fundamentales para aumentar la recaudación del tributo por tenencia de tierra y del Iragro está en que el Paraguay no cuenta con un catastro de propiedades.
Hacienda y los municipios no saben qué cantidad de tierra tiene cada productor, por lo que ni siquiera están en condiciones de estimar cuanto debería pagar cada uno en concepto de Inmobiliario y de Iragro. A esto hay que sumar la casi nula capacidad de control que tienen Hacienda y los municipios.
El Iragro, en su primer ejercicio, rindió US$ 43 millones; unos 207 millones menos de la misma moneda. Es decir, la Subsecretaría de Estado de Tributación (SET) logró recaudar el 17% de lo que se esperaba que rendiría. Cuando el Congreso lo aprobó, el exministro de Hacienda, Germán Rojas, explicó que esta figura recaudaría US$ 250 millones.
Hans estima que los grandes exportadores están bajo control porque el Irasis se encarga de imponer “y si factura US$ 1 millón de dólares por año, que es el caso de los grandes, deben tener auditores externos que certifiquen sus cuentas, que a parte del Iracis, existe un adicional del 5% sobre la distribución de dividendos y esos dividendos van al exterior se aplica otros 10%; entonces Cargill, Bunge u otra compañía que opera de esta manera están pagando en total 25% de impuestos sobre las ganancias”.
El Congreso debate sobre una posible carga sobre el sector y los analistas estiman que esta nueva ponencia debería apuntar al productor primario.
Un documento que obra en la Comisión de Hacienda del Senado destaca que “el Estado ya no puede seguir esperando por el aumento de los niveles de contribución de estos sectores. El Imagro entró en vigencia en el 2005 y en aquella oportunidad se puso en marcha para trabar el impuesto a la soja. Se dijo que el Imagro aumentaría considerablemente la recaudación del impuesto a la renta agropecuaria. Sin embargo, ésta nunca pasó de US$ 15 millones”. Situación similar se planteó en 2013, cuando se aprobó el Iragro y también se repitió el resultado, “saltaría de US$ 15 millones a US$ 250 millones, pero en su primer ejercicio se recaudó US$ 43 millones”.
Destaca el material que los tres Poderes del Estado deberán congeniar un plan de Estado que apunte a modificar la situación de las cosas. No obstante, será el Congreso el que dé el primer paso con un fuerte acompañamiento del Ministerio de Hacienda.
NUEVO IMPUESTO AUMENTARÁ LA ACTIVIDAD INDUSTRIAL
Una serie elementos presionan al sector político a debatir contra reloj la pertinencia de un gravamen a uno de los sectores de mayores ingresos, la producción de soja. Las cuentas públicas es una de ellas y su sostenimiento está basado fundamentalmente en créditos internacionales y presión tributaria sobre porciones de bajo aporte impositivo.
El mismo criterio de cuando se vuelve a imponer en el análisis de un nuevo tributo que grave la producción de granos. “Permitirá la industrialización que dejará ver sus primeros resultados en un plazo de cinco años; mayor entrada de divisas y jerarquizará el empleo industrial”, dijo Juan Carlos Zárate, analista económico.
Los grandes productores, aquellos que tienen 500 hectáreas o más, son cerca de 4.000 y concentran un poco más de 87% de la totalidad de tierras cultivadas, las que son destinadas a los rubros de trigo, maíz y girasol.
Analistas y tributaristas apuntan que si se resuelve un aumento del Iragro deberá ampliar su espectro e incluir a todos los que producen granos, no solo los mencionados.
