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ASUNCIÓN.- La renuncia de Horacio Cartes y su posterior juramento como senador parece haberse convertido en una pelota tatá de la que todo el mundo evita hablar. Los oficialistas reclaman coherencia y fidelidad, mientras que algunos añetete parecen haberse dado cuenta, de pronto, de que el jefe de Estado solamente puede ser senador vitalicio, algo que no pensaban cuando hacían campaña por su banca en la Cámara Alta y la Presidencia para Mario Abdo Benítez.
Dos de los principales voceros de la crisis, durante los primeros días, fueron el presidente de la ANR, Pedro Alliana, y el senador añetete Silvio Ovelar. Sin embargo, últimamente ambos se llamaron a silencio. El diputado oficialista dijo que se había decidido que se bajaran los decibeles y que conversen entre ellos los actores del programa.
Ovelar, por su parte, explicó que desde hacía unos días, el único vocero para hablar del tema era Juan Carlos Galaverna, quien, recordemos, había dicho que la decisión era sacar el tema de los medios de comunicación, porque tanta exposición no ayudaba en nada, y, al contrario, podría perjudicar el intento de acuerdo entre todos.
