Eduardo Petta y Mario Abdo.
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Silencio oficial. Marito parece no haberse dado cuenta de la censura de senadores a Petta

ASUNCIÓN. Han pasado varios días desde que el Senado aprobara el voto de censura en contra del ministro de Educación, Eduardo Petta y, hasta ahora, pareciera que el presidente de la República no se enteró de lo ocurrido.

Petta es uno de los ministros más cuestionados de su gabinete desde el inicio del mandato. Debe haber algún acuerdo político entre ambos para que Abdo Benítez siga defendiendo su gestión al frente del MEC. A esta altura nadie puede creer que el presidente diga lo que realmente piensa de su ministro, así que los motivos por los cuales lo sigue manteniendo al frente de una de las carteras más importantes del Ejecutivo tiene que deberse a motivos que no tienen nada que ver con la educación.

Es cierto que un voto de censura emitido por alguna cámara sobre un funcionario del Ejecutivo es nada más que una expresión de deseo. Sin embargo, en un tiempo en el que las críticas a su gabinete superan a los halagos por las buenas medidas sanitarias, Abdo Benítez debería tomar nota de lo que ocurrió en el Senado y tomar cartas en el asunto. Sobre todo cuando la censura llega a alguien que desde siempre debió haber sido una piedra en su zapato, ya que nadie, ni siquiera el presidente, puede pensar en este momento que Petta es un buen ministro.

Además, si no toma alguna postura, el presidente generará situaciones incómodas, como cuando llegue el momento en el que cada ministro deba defender su presupuesto. ¿Cómo hará Petta para presentarse ante el Senado sin que pese la decisión del pleno, de oficializar su rechazo a la gestión del mismo y a su permanencia frente a Educación?

A Marito le cuesta echar a alguien de su gabinete, aunque todas las evidencias apunten en su contra. Hasta ahora, lo más que logró hacer es pedir la renuncia de la persona cuestionada, como hizo en la Dinac, con Édgar Melgarejo, y en Petropar, con Patricia Samudio.

Un simple análisis comunicacional da cuenta de que haría mucho bien que en estos días decida destituir a Petta. Con eso, por algunas horas, la satisfacción de la ciudadanía podría hacer olvidar la gran decepción que se tiene por los múltiples negociados de gente que pretende hacerse rica en plena pandemia.

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