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Ya a fines del año pasado, el subcontralor Camilo Benítez se quejaba de que era permanentemente dejado de lado, no solamente por el contralor Enrique García sino también por los directores de la Contraloría, que responden directamente al ahora sometido a juicio político en el Senado. A pesar de no tener ningún cuestionamiento, los opositores intentarían evitar que asuma al frente de la CGR por ser colorado.
ASUNCIÓN.- Desde el comienzo del mandato de ambos, García dejó de lado a su segundo, según lo reconoció el mismo Benítez, quien añadió, sin embargo, que esto habría empeorado desde que se inició el juicio político en el Parlamento, porque “tal vez cree que tengo algo que ver con eso”.
Expresó que “no hablo con él, ni él conmigo; creo que él cree que esa es la manera que le conviene manejar la institución, en especial después de que se iniciara su juicio político”.
La Cámara de Diputados aprobó el libelo acusatorio contra García en marzo de 2018 y el Senado tardó un año en ponerse las pilas e iniciar el enjuiciamiento. Las primeras causas fueron por el sonado caso de Ivesur, cuando era asesor jurídico de la Municipalidad de Asunción, especialmente en cuanto a la producción de documentos no auténticos y a no haber apelado la millonaria multa que, finalmente, la comuna fue condenada a pagar a dicha empresa.
Además, se lo acusó por asignación irregular de viáticos, contratación irregular de consultoría, concesión indebida de privilegios a allegados y tráfico de influencias. Recientemente, por iniciativa de la bancada de Honor Colorado, Diputados agregó dos delitos más, enriquecimiento ilícito y lavado de dinero.
Ante este panorama, hasta resulta positivo que el subcontralor no haya podido participar de ninguna decisión oficial de la CGR, ya que evidentemente las irregularidades y actos ilícitos estuvieron a la orden del día. Benítez insistió con que García “nunca me permitió tener acceso a los nombramientos de directores, síndicos y funcionarios, decisiones de auditoría, políticas institucionales, etc. Nunca me dejó encargarme de algún aspecto dentro de la Contraloría”.
Esto significa que nadie puede acusar a Benítez de haber sido cómplice o encubridor de su jefe, a pesar de lo cual hay sectores del Senado que hasta están dispuestos a seguir manteniendo a García al frente de la CGR solamente para evitar que un colorado asuma el cargo, porque, dicen, no es conveniente que el contralor y el jefe del Ejecutivo sean del mismo partido político
