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ASUNCIÓN.- La Yacyretá tiene por delante importantes planes de expansión, preparados con rigor técnico por el anterior gobierno. Pero todo eso se ve amenazado por el hecho de que el expresidente Nicanor Duarte Frutos, quien abdicó a su banca a cambio de su nombramiento como director de la entidad, la está convirtiendo aceleradamente en un PC político propio, repartiendo cargos entre sus operadores, así como prebendas, a fin de captar algunas adhesiones.
Todos esos analistas que manifestaron su preocupación cuando el presidente anunció que el director de la Entidad Binacional Yacyretá sería Duarte Frutos, tenían razón, puesto que, una vez más, el expresidente demuestra que le importan muy poco lo que se espera del cargo que ocupa y los desafíos y exigencias que vienen con el puesto.
Puede que también Mario Abdo Benítez supiera que la cosa no sería fácil, pero le ofreció la dirección paraguaya de la EBY sencillamente para sacárselo de encima con la insistencia de querer jurar como senador electo y proclamado, y, por lo visto, pensó que la ambición económica del exjefe de Estado era mayor que la política, sin percatarse de que es alguien retorcido, acostumbrado a las componendas y negociados, y es justamente eso lo que está haciendo ahora, aprovechándose del cargo que tiene.
Justamente en un momento en el que se tienen importantes planes de expansión de la hidroeléctrica, con obras como Aña Cuá pendientes, y en el que la cogestión está garantizada, el Paraguay tiene en el cargo a un impresentable, que no tiene ningún empacho en negociar lo que haga falta con tal de consolidar su base política.
