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ASUNCIÓN.- Nunca antes nuestro país tuvo tanta presencia en la Santa Sede, al punto de lograr la visita del papa Francisco, la beatificación de Chiquitunga, además de la entronización de la Virgen de Caacupé en el Vaticano. Los frondosos lapachos adornarán los camineros de los jardines de la capital, sede del catolicismo.
El secretario de Estado actuó de la misma manera que en otros eventos internacionales en los que dejó no muy bien posicionado a Paraguay; como mínimo una consideración de país poco serio con su legación diplomática, además de exponer la pérdida de territorios diplomáticamente conquistados.
Estos son algunos logros del embajador Esteban Kriskovich, despedido por Luis Castiglioni, de la manera menos respetuosa al hombre y a su investidura.
Fueron ocho años de trabajo para llegar a la concreción de los objetivos mencionados; quizás la más importante fue instalar a Paraguay en la lista de países que tuvo la visita de los papas Juan Pablo II, en mayo de 1988, y Francisco, en 2015.
Kriskovich tuvo una destacada participación en el proceso de Beatificación de Chiquitunga y la entronización del mosaico de la Virgen serrana en el Vaticano.
Difundió la cultura paraguaya en la Santa Sede y fue condecorado por su labor diplomática con la Orden Gran Cruz por el papa Francisco. Y Castiglioni le comunicó su despido a través de la página web del ministerio de Relaciones Exteriores.
