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QUITO. “Invitar, a escala nacional, a que más personas se sumen al voluntariado. Sea llamando al 171 o al ministerio en el que deseen apoyar. ¡Ya son 150 compatriotas inscritos! Además, ¡no cejemos hasta que el último fallecido haya sido enterrado en el camposanto!”, publicó hoy, en su cuenta en Twitter, el presidente de Ecuador, Lenín Moreno.
Las declaraciones del mandatario son un mínimo indicio del terror vivido en el país con la pandemia del coronavirus.
Ni qué decir en Guayaquil, donde, en las últimas 36 horas, personal destinado al servicio de apoyo sanitario levantó 350 cadáveres a lo largo de la ciudad y se teme que dicho número podría aumentar debido a que la situación sobrepasó por completo la capacidad del servicio sanitario.
Según el periodista ecuatoriano Andersson Boscán, el gran número de cuerpos esparcidos a lo largo de la ciudad se dio porque los servicios sociales del Ecuador no contaban con un protocolo para el levantamiento de cuerpos que fallecieron por COVID-19.
El comunicador agregó que las funerarias tampoco estaban preparadas para afrontar esta situación al no contar con equipo de protección para sus trabajadores y esto generó que dejaran de trabajar y no pudieron levantar los cadáveres.
Y no solo los cementerios ya no dan abasto, tampoco los crematorios, donde la capacidad es de 25 incineraciones por día, cifra totalmente rebasada.
Oficialmente, Ecuador reportó 2240 casos positivos por coronavirus, de los cuales hay 62 fallecidos.
Sin embargo, en Guayaquil es tal el temor del contagio que se llegó a este extremo de la capacidad superada para recoger cadáveres y darles un entierro digno o cremarlos.
(Fuentes: medios de Ecuador y Perú)
