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El tiro por la culata

Cuando apoyaban de manera desembozada al precandidato de la disidencia colorada, Mario Abdo Benítez, antes de las elecciones internas de la ANR, los conglomerados de medios que son propiedad de Aldo Zuccolillo y Antonio J. Vierci tenían la intención de crear tanta animosidad en ambos sectores republicanos, que, luego, la unidad fuera imposible ante las heridas abiertas y difíciles de sanar.

Luego de las internas la campaña continuó durante las primeras semanas, acosando de tal manera a Marito, el candidato colorado electo, a fin de convencerle de que no debía juntarse con el oficialismo porque esto perjudicaría su imagen y perderían credibilidad sus promesas de luchar contra la corrupción.

Ni antes ni después de las internas tuvieron la menor intención de jugarse por la candidatura de Abdo Benítez, a quien solo pretendieron utilizar como carne de cañón para evitar, a toda costa, que se diera la unidad de la Lista 1, porque la única forma de que sus verdaderos candidatos, los de la alianza opositora, Efraín Alegre y Leo Rubín, pudieran tener alguna mínima chance de ganar en abril.

Acero y AJ saben –porque no tienen un pelo de tontos- que si el Partido Colorado llega unido a unas elecciones generales, no habrá nadie que pudiera impedir que vuelva a quedarse con el poder. De hecho, la única vez que pudo ganar la alianza opositora fue en el 2008, cuando la crisis interna de la ANR fue tan grande, que el abrazo republicano no hizo su aparición en toda la campaña.

Eso fue lo que ellos quisieron reeditar, y pensaron utilizar para eso a Marito, convencidos de que su poca experiencia política le impediría tener uñas de guitarrero y caería en el juego de la conspiración y el rencor.

Pero les salió el tiro por la culata. El presidenciable colorado demostró tener mucha más cintura política que la que se suponía, y la actitud del líder de Honor Colorado, Horacio Cartes, de reconocer la victoria de la disidencia y convocar de manera inmediata, apenas unas horas después de las internas, a la gran unidad partidaria, sin condicionamientos, echó por tierra toda la planificación de los grandes medios “independientes”, que ahora deben tragarse sapos y culebras ante la confirmación de que la unidad colorada en torno a los candidatos de la Lista 1 no es un bluf ni existe solo en las fotos.

Lo cierto es que esa unidad, que ya se vislumbraba en las bases coloradas, se ratificó cuando la dirigencia decidió echar por la borda sus diferencias y apostar a un solo objetivo, que los candidatos del partido ganen la Presidencia de la República para el período que va hasta el 2023.

Se les complicaron las cosas a Acero y AJ, que saben que será muy difícil que logren recuperar los privilegios que perdieron cuando se inició el gobierno de Cartes en el 2013. Y se les complicó a sus candidatos, Alegre y Rubín, que hoy saben que en poco más de 2 meses, tendrán que enfrentar a la dupla Abdo Benítez-Hugo Velázquez, que estará respaldada por todo el aparato partidario y por la gran cantidad de afiliados que hace que la ANR siga siendo el partido mayoritario del país. Quizá sea el momento de dejar de conspirar y empezar a trabajar por propuestas de gobierno creíbles y concretas.

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