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Un tirador abrió fuego dentro de la sinagoga Tree of Life Congregation en la ciudad de Pittsburgh, estado de Pensilvania, dejando al menos once muertos y seis heridos. Las autoridades confirmaron que el agresor fue detenido tras entregarse, y que el perímetro del establecimiento religioso fue cercado por la Policía. El presidente Donald Trump, denunció el “acto antisemita” y defendió un endurecimiento de las leyes relacionadas con la pena de muerte.
PENSILVANIA.- El centro religioso El árbol de la vida (Tree of Life) celebraba el sabbat, el día sagrado en la semana judía, cuando comenzaron los disparos. Tres de los agentes que se enfrentaron al hombre resultaron heridos.
Fuentes de la investigación, identificaron al detenido como Robert Bowers, de 46 años, pero las autoridades no explicaron sus motivaciones.
El sospechoso había sido descrito por testigos como un varón blanco que entró en la sinagoga y empezó a disparar de forma indiscriminada al grito de “todos los judíos deben morir”.
“Se estaban celebrando servicios en la capilla cuando oímos un ruido muy fuerte en la zona del vestíbulo”, explicó Stephen Weiss, de 60 años.
La sinagoga, con capacidad para más de un millar de personas, se encuentra a unos 10 minutos del centro de Pittsburgh, en un barrio de clase media llamado Squirrel Hill donde reside un gran número de miembros de la comunidad judía que quedó en estado shock. Todos los vecinos fueron llamados a permanecer en casa. El tirador se atrincheró en la sinagoga e intercambió disparos con la policía, pero acabó entregándose, según explicó Erika Strassburger, concejal de distrito.
El ataque dejó al menos once personas fallecidas y otros seis resultaron heridas, algunos de ellos de gravedad.
En un evento con granjeros en Indianápolis, Trump calificó el tiroteo de un “acto antisemita”. “No pensaría que esto podría ocurrir”, dijo. “Condenamos el antisemitismo y cualquier otra forma de mal. Nos juntamos como un solo pueblo estadounidense”, agregó.
“Los sucesos en Pittsburgh son bastante más devastadores de lo que parecía en un principio. He hablado con el alcalde y el gobernador para informales de que el Gobierno está y estará a su lado todo el tiempo”, había escrito antes el mandatario en su cuenta de Twitter.
El jefe de Estado señaló también que “deberíamos trabajar en reforzar las leyes relacionadas con la pena de muerte”, y añadió: “Cualquiera que haga algo así a personas inocentes que están en un templo o en la iglesia debería pagar el máximo precio por ello”.
Trump también recalcó su postura habitual ante tiroteos masivos como el de este sábado y es que el fácil acceso a las armas que tienen los ciudadanos en EE.UU., no es responsable de estos sucesos. Al revés, resaltó el hecho de que las víctimas no estaban protegidas. “Quizá las cosas hubieran sido distintas si hubiera habido alguien armado”, subrayó. “Ver este tipo de tiroteos desde hace tantos años es una pena”, indicó. “Es algo terrible, terrible, lo que está pasando en nuestro país con el odio. Hay que hacer algo”, puntualizó.
