TOMA TODO

El nuevo suceso con el Brasil sobre el tema Itaipú, nos trae a la mente un antiguo juego denominado “perinola”. Era una suerte de trompo, que tenía cuatro caras y una de ellas era el premio mayor, “toma todo”, y si uno de los jugadores lograba “echarlo”, sencillamente se llevaba todo el pozo.

¿Por qué lo recordamos?: Brasil siempre se ha llevado todo en Itaipú. Desde la firma del Tratado, allá por la década del 70, que ya fue una victoria considerada por ellos, como “bem brasileira”. Inicialmente el documento consignaba la libre disposición de la energía, el 50% para cada país. Enseguida se dieron cuenta que eso era un peligro, porque Paraguay podría venderla a otros países y entonces, ¡qué barbaridad!, deberían competir a precios de mercado por algo que consideraban suyo exclusivamente.

Sigilosamente, con la sonrisa en la cara y el puñal en la espalda, como obran siempre, prepararon una “precisión”, aprobada “sobre tablas”, por las corruptas autoridades stronistas paraguayas de entonces, donde -para ellos- se incluía una nimiedad. La “cesión” (no venta, de acuerdo a terminología técnica que inventaron) podría hacerse solo al condómino. Es decir, al otro dueño de la represa. Ahí recibimos la primera estocada mortal en este asunto. Itaipú (dominada por los brasileños) y no por el mercado, fijaba los precios de la energía que “cedimos” al Brasil, que era prácticamente toda la que producía la central. Por poner un ejemplo (cercano a la realidad), el precio para el socio era US$ 5 el kw/h y el de mercado, era US$ 25 el Kw/H. Así de ladrones, nuestros “irmãos”.

Y eso duró toda la vida- hasta ahora- de la binacional. ¡Hace 50años! que, hablando en términos groseros, nos están chupando la sangre, entregándonos las migajas de ese fantástico, monumental negocio que resultó para ellos Itaipú.

Ahora, por fin, podríamos negociar mejores condiciones para nuestro país, romper esa tremenda atadura… por supuesto, ellos se están preparando con una artillería fantástica y nosotros durmiendo sobre nuestros “laureles”.

Una de sus estratagemas fue convencer a las autoridades nacionales, el presidente en primer lugar, que estábamos obrando como “peajeros”, con el escuálido negocio de pagar menos por la energía “excedente”. Según el criterio de ellos, se debía dejar todo eso de lado y empezar estas negociaciones de cero, en pie de igualdad.

Por supuesto, tragamos el anzuelo y sucedió lo que sucedió.

Pero, insistimos, no es raro, solamente que esta vez la oportunidad es demasiado preciosa para echarla a perder. El hecho –secreto- soliviantó a la opinión pública y al Congreso.

Ahora será difícil sacarles de la boca lo que ya están “degustando”, aunque ese es el desafío del momento.

Es que Itaipú para ellos es vital, necesitan tres represas más como esa para poder sustentar su desarrollo. Debe resultarles una patada en el “c…” la intención paraguaya de utilizar toda su energía en adelante. Nada que ver. Posiblemente haya que ir a parar a tribunales internacionales.

En fin, las cartas están siendo echadas. Hay tirios y troyanos, quizás hasta sea bueno lo que pasó para que haya un antes y un después en el tema del reparto de la riqueza de Itaipú.

Y que de una vez por todas esta sea una causa nacional.

Ya son demasiados años de latrocinicio queridos “irmãos”.

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