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“Una bofetada a las víctimas de secuestro”: así califican a las expresiones de Giuzzio

ASUNCIÓN. La familia del exvicepresidente de la República, Oscar Denis, secuestrado el 9 de setiembre del 2020 por miembros del EPP, respondió con duros términos a las expresiones del ministro del Interior, Arnaldo Giuzzio, quien niega que el secuestro sea una industria en Paraguay. “A esta altura ya no nos sorprende nada, además lo que expresó el ministro es grave, es una bofetada más a las víctimas de secuestro”, dijo Beatriz Denis.

La carta abierta al secretario de Estado manifiesta lo siguiente:

Hace 20 años atrás ocurría en nuestro país un hecho que marcaría un antes y un después en nuestra historia. La industria del secuestro instalaba su sucursal en Paraguay. La suerte estaba echada, tenía nombre y apellido, ocurriría a la luz del día y en uno de los lugares más públicas de la capital. Como si empezara a escribir la historia del secuestro con prólogo de burla hacia un estado que no estaba preparado para lo que vendría.

Pasaron dos décadas, varios secuestros y cientos de muertos por el camino. Algunos de esos secuestrados pudieron volver a sus hogares, otros encontraron la muerte más cruel de manos de unos cobardes sin patria y sin escrúpulos, otros como nuestro padre Óscar, como Edelio y como Félix, siguen secuestrados hace bastante tiempo, tiempo que pesa, tiempo que duele, tiempo que mata y tiempo que destruye por dentro, haciéndonos creer que no contamos con un Estado protector y garante de derechos sino con gobiernos de turno que durante estos 20 años no han hecho otra cosa que sumar bajas en sus filas policiales, engrosar su lista de civiles secuestrados y mirar desde el banco de suplentes como estos grupos criminales han extendido su negocio delictivo a otras actividades como el reclutamiento de niños y niñas, la extorsión y el asesinato.

Hoy, 20 años de aquel primer secuestro, tenemos a un estado completamente sometido a la voluntad de un grupo de forajidos, pertenecientes a 2 o 3 familias que tienen en vilo a un país y somete a cada gobierno que pasa. Tenemos a un ministro del interior que prefiere dar la espalda al problema, pretendiendo tapar el sol con un dedo a través de un discurso simplista, egoísta, infantil y hasta ofensivo para las víctimas. “No hay industria del secuestro en Paraguay”, esas fueron sus palabras. Y lo grave de esa expresión no es que pretenda esconder la vergüenza de la ineficiencia o que desconozca la magnitud del problema, sino que, conociéndola, prefiere minimizarla.

Minimizar el problema del secuestro es la garantía del fracaso. Decir que no es una industria porque “no genera réditos” es menospreciar el esfuerzo que costó conseguir cada centavo de los más de 6 millones de dólares pagados por familiares de víctimas de secuestradas, muchas de ellas incluso para recibir a cambio los restos mortales de sus seres amados.

Decir que la seguridad está mejorando cuando hace más de un año que no tenemos novedades de nuestro padre Oscar Denis, cuando hace cinco años que se tiene novedades de Félix Urbieta, cuando hace siete años que no se tiene novedades de Edelio Morínigo, es simplemente la negación de la inoperancia y la ineficacia de los servicios de seguridad, y peor aún, es darle un tiro de gracia al atisbo de confianza que todavía teníamos en su gestión.

Decir que la seguridad está mejorando, señor ministro, cuando niños y niñas pertenecientes a comunidades indígenas son reclutados en el monte para alistarse a las filas del EPP, es darle la espalda a la protección que como Estado debemos garantizar a nuestros niños. Niños que deben cargar juguetes y no fusiles.

Por último, al recordar que hace veinte años venimos padeciendo secuestros, muertes, extorsiones, reclutamiento de niños, niñas indígenas y una constante y sistemática inseguridad, solo podemos decir que, ante tanta ineficacia estatal, negar o minimizar el problema, no contribuye a su solución. Si no se cuenta con una política de combate clara y eficaz, es mejor guardar un respetuoso silencio. Así concluye la carta abierta que lleva la firma de Beatriz, Silvana y Lorena Denis.

En comunicación con distintas emisoras de la capital, Beatriz Denis siguió criticando al ministro. “Con esto se confirma que la prioridad para el gobierno no es la seguridad, absolutamente. La industria se instalaba porque es un negocio rentable”, afirmó.

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