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Una brújula para Efraín

El Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA) siempre tuvo como presidentes a dirigentes con capacidad de liderazgo, independientemente de su pertenencia a tal o cual de sus vertientes políticas. Sin embargo, a nadie le cabe la menor duda de que este no es el caso de Efraín Alegre; un hombre de actuar errático y contradictorio, que siendo titular del liberalismo instiga a invadir propiedades privadas y ante sus adversarios internos se comporta como “el gran dictador”. Pero esto que Alegre hoy no ve, al igual que tantas otras cosas, solo le augura un futuro “tormentoso”, como los crecientes cuestionamiento hacia su gestión, provenientes incluso de hasta su vicepresidente primero, José “Pakova” Ledesma, a pesar del poco tiempo transcurrido desde que inició su mandato.

Los “despistes” de Efraín comenzaron a producirse el mismo día que resultó electo para la presidencia de su partido. Aquel 26 de junio pronunció un discurso propio de quien es electo como candidato a presidir la República y no como presidente de una agrupación. “Estamos convencidos de que el 2018 empieza hoy. Vamos a producir el cambio que el Paraguay quiere”, dijo esa noche, para luego guiñarle el ojo a Fernando Lugo, de quien supuestamente había recibido una llamada para felicitarlo, cosa que el exobispo desmintió.

Antes de dos meses, el pasado 9 de setiembre, ya desató la primera crisis en su partido, al copar de manera arbitraria y antiestatutaria el Tribunal Electoral Independiente (TEI) y el Tribunal de Conducta (TC), excluyendo de dichos organismos a exponentes del “Equipo Joven” o “llanismo”, que es la segunda fuerza política del radicalismo auténtico, a la que había vencido por estrecho margen en los comicios internos. Pero los relegados no se quedaron de brazos cruzados y, además de denunciar la maniobra antidemocrática, accionaron ante la Justicia, obteniendo una medida cautelar a su favor, por lo que la composición definitiva de dichas instancias aún está en veremos.

Apenas 9 días después ya provocó una segunda crisis, tan o más grave que la primera. Días antes de la Convención que celebraron los liberales el pasado domingo, Alegre se había comprometido a que el caso de los 6 diputados del PLRA  que no asistieron a la sesión de la Cámara en el cual se trató la intervención a la Municipalidad del Este, no sería abordado por la asamblea. Pero he ahí que un convencional propuso tratar el tema sobre tablas y, sin que él dijera una sola palabra, ni se les otorgara el derecho a la defensa, los 6 fueron inhabilitados como eventuales candidatos a cualquier cargo electivo en las próximas elecciones generales, siendo que entre ellos están legisladores de los más votados en sus respectivos departamentos.

Por supuesto, los afectados y el movimiento “Equipo Joven” al que pertenecen, reaccionaron airadamente. Se retiraron de la Convención y judicializaron el caso, del que seguramente saldrán airosos.  Pero al igual que en el tema de los tribunales, este hecho también tiene consecuencias políticas, como se demostró en la víspera, en la que una decena de intendentes del PLRA del Departamento Central, a los que entre paréntesis no les recibió en la sede del partido, pidieron su renuncia y que el vicepresidente, “Pakova”, asuma en su reemplazo.

Así, en apenas 60 días, Efraín se convirtió no solo en un dictadorzuelo de opereta, al que sus correligionarios tarde o temprano pondrán en vereda, sino también en el artífice del fraccionamiento meteórico de este partido centenario que se merece a dirigentes más lúcidos.

No sabemos si tiene asesores y, si los tuviere, cuáles son sus consejos. Pero una cosa es segura. Efraín no tiene brújula.

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