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CAACUPÉ. Al parecer, el presidente Mario Abdo Benítez llegó bastante vapuleado a la primera fila de la misa central de Caacupé, luego de ser abucheado por los feligreses, a tal punto que un religioso que se encontraba unas filas atrás le regaló una remera de la Albirroja. Marito devolvió el gesto regalando su saco. El gesto del religioso fue imitado por varias otras personas que le dieron remeras de la selección paraguaya al jefe de Estado, en un intento, que pasó casi desapercibido, de paliar las críticas que acababa de recibir.

Al finalizar la misa, el presidente entró a la basílica en donde se tomó una foto con los obispos y la fiscal Sandra Quiñónez, con la imagen de la Virgen de Caacupé en sus brazos. No se quedó para el tradicional desayuno y decidió salir por una puerta trasera para evitar que se repitiera el mismo bochorno que al comienzo.

Monseñor Ricardo Valenzuela, obispo de Caacupé, se mostró satisfecho con la presencia del jefe de Estado, que le tomó por sorpresa, según dijo, y justificó las críticas emitidas por los feligreses, diciendo que son expresiones naturales de la gente cuando sus reclamos no son escuchados.