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ASUNCIÓN.- El expresidente paraguayo, Fernando Lugo (2008/11), destituido por el Congreso por mal desempeño en sus funciones, calificó de “positiva” la jornada electoral que se registró el pasado domingo en Nicaragua, en la que el presidente del país, Daniel Ortega, fue reelecto por tercera vez para el cargo. Para lograr su objetivo, cual es perpetuarse en el puesto, el “ganador” barrió con el Congreso de su país.
Lugo también está tratando de violar la Constitución de nuestro país, pretendiendo postularse nuevamente para la presidencia. Incluso está realizando su campaña electoral al margen de la ley.
“Después de estar por (la ciudad colonial de) Granada (sureste de Managua) en dos sitios electorales, he visto la movilización de la gente con absoluta tranquilidad y normalidad”, dijo Lugo.
“Y eso tiene una valoración positiva, porque vemos en el proceso electoral un capítulo importante para la democracia nicaragüense y (el mismo) se desarrolló con absoluta normalidad y hay un alto índice de participación, que es la garantía de la legitimidad de las autoridades electas”, añadió.
Lugo (2008-2012) es uno de los cinco exmandatarios latinoamericanos que viajó hasta Nicaragua para presenciar los comicios generales del pasado domingo. Los otros son el hondureño Manuel Zelaya (2006-2009), y el salvadoreño Mauricio Funes (2009-2014), asilado en Nicaragua desde setiembre pasado y quien afronta un proceso civil en su país por el supuesto enriquecimiento ilícito en más de 700.000 dólares. Además, los expresidentes de Guatemala Vinicio Cerezo (1986-1991) y Álvaro Colom (2008-2012).
Los cinco exmandatarios latinoamericanos, de ellos cuatro centroamericanos, solo podrán presenciar el proceso, ya que el rol de observación electoral fue vetado por las autoridades nicaragüenses.
Por decisión de Ortega, los comicios no contaron con observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) ni la Unión Europea (UE), entes que cuestionaron el proceso electoral de 2011, en el que obtuvo su segunda reelección consecutiva.
