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ASUNCIÓN. La mayoría de los diputados que ayer participaron de la interpelación del jefe del Gabinete Civil, Juan Ernesto Villamayor, quedó con la sensación de que dijo mucho pero explicó muy poco ya que, con su característica verborragia hizo largos y hasta pintorescos discursos pero no respondió las preguntas que se le hicieron.

Rocío Vallejos, de Patria Querida, forma parte del grupo de legisladores que quedaron descontentos y aseguró que Villamayor “es muy hábil para contar la historia; realmente quedó esa sensación de que todos tienen la culpa menos ellos”.

“Villamayor es muy hábil con la oratoria, te va explicar muchas cosas pero no te responde la pregunta. No me convenció su respuesta”, añadió.

Defendió la figura de la interpelación porque “sirve para que todos sepamos lo que el Gobierno está haciendo”.

La cámara deberá ser convocada nuevamente para sesionar a fin de decidir si aplica o no el voto de censura a Villamayor, para lo cual necesitará 2 tercios absolutos de votos (53).

El real problema del voto de censura sigue siendo que el mismo debe ser emitido por las dos cámaras del Congreso, a pesar de que la interpelación es cosa particular de cada una de ellas. De acuerdo al artículo 194, “ambas Cámaras, por mayoría absoluta de dos tercios, podrá emitir un voto de censura en su contra y recomendar su remoción del cargo al Presidente de la República o al superior jerárquico”.

En el 2019, el Senado interpeló al ministro de Educación, Eduardo Petta, y luego le dio el voto de censura, pero el tema terminó archivado en Diputados ya que sus miembros decían que ellos no podían censurar a alguien a quien no habían interpelado. Habrá que ver si esta vez el Senado no actúa de la misma manera.