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ASUNCIÓN. El “Proyecto Godoy”, que plantea la eliminación de privilegios y gastos superfluos en el Estado, no pudo ser tratado la semana pasada en el Senado porque las bancadas del oficialismo y Frente Guasu dejaron sin quórum la sesión. Enseguida, varios analistas coincidieron con que este proyecto tiene dos defectos, el primero es que es presentado por un integrante de Honor Colorado, y el segundo, que se contrapone a los planes del vicepresidente Hugo Velázquez, que pretende impulsar casi lo mismo con la carátula de “Reforma del Estado”.

Con la sartén por el mango, Velázquez convocó a una “cumbre de poderes” que se realizará mañana, en donde de nuevo hablarán por horas sobre lo que debe contener la reforma, pero no se resolverá nada. Mientras tanto, el vicepresidente justificó el ninguneo que el oficialismo le hizo al proyecto presentado por Sergio Godoy, diciendo que faltan otras 20 propuestas y consenso, lo que parece indicar que el oficialismo seguirá oponiéndose a su tratamiento, a pesar de que todos los demás sectores –salvo el Frente Guasu- están de acuerdo con el planteamiento.

El proyecto que elimina privilegios y gastos superfluos es una cosa, y la reforma del Estado es otra bien diferente, según varios analistas, puesto que una reforma integral tiene que abarcar todos los sectores, educación, salud, obras públicas, y muchos otros, para que sea realmente profunda y total. A esto es a lo que debería dedicarse el vicepresidente, si es que su convocatoria tuvo la intención de iniciar el proceso.

El proyecto de Godoy plantea que la eliminación del carnaval con los fondos públicos tenga carácter permanente, y no pasajero, como ahora, que con la crisis del coronavirus, el gobierno ordenó que ningún funcionario gane más de 37 millones de guaraníes mensuales durante 3 meses, pasados los cuales volverán a recuperar sus privilegios.

El presidente del Senado, Blas Llano, anunció que en unos días, la cámara sesionará de manera virtual. Uno de los temas pendientes es el Proyecto Godoy. Si se cumple lo que dijo Velázquez, el oficialísimo otra vez intentará postergarlo.