LIMPIO.- Ignacio Zorrilla relató la desesperación y el susto que pasó la familia cuando su hija de dos años fue atacada por un perro de la raza pitbull, produciéndole heridas de gravedad en la pierna y en la zona de la cadera. Su hija sigue internada, pero evoluciona favorablemente. En cuanto a las secuelas que dejó la mordida, dijo que necesitará fisioterapia y no podrá caminar de inmediato.
Según relató el día del hecho volvían de la despensa cuando se abrió el portón, momento en el caniche que tienen como mascota salió a la vereda e inmediatamente el pitbull se abalanzó sobre él, pero ya dentro de propiedad. El caniche se escondió detrás de su pequeña y los atacó a ambos.
Zorrilla mencionó que justamente por el peligro que representa el pitbull, tuvo que regalar las dos hembras que tuvieron de esa raza a personas que verdaderamente puedan reunir las condiciones de seguridad para criarlas.