ADN Digital
Leíamos hace un par de días en las redes un comentario del excolega periodista de ABC, Carlos “Carloncho” Rodríguez, hoy devenido a predicador, pero sensato y de los buenos, donde hacía una radiografía de lo que había pasado con el Metrobús, con la cual comulgamos absolutamente y por ello vamos a reproducirla en partes, con el debido pedido de licencia.
Comienza escribiendo Carlos, “probablemente casi todos van a estar de acuerdo con que el Metrobús fue la obra que mayores maldiciones recibió desde el principio. Cada quién miró su metro cuadrado de interés. Hasta hubo sacerdotes que rechazaron el paso del trazado frente al templo de San Lorenzo, por ejemplo, porque los trabajos podrían amenazar la estructura del templo”.
Agrega que “pasacalles se instalaron para maldecir el emprendimiento, a sus diseñadores, sus ejecutores, sus realizadores. Una carga de negativismo siempre se derramó generosamente sobre la obra y hoy vemos el resultado. Siempre los frentistas miraron su querencia particular y nunca se le dio a la obra su dimensión modernizadora”.
Sigue describiendo lo que pasó, agregando más elementos: “No queremos que se haga el Metrobús”, era una expresión que cobró fuerza y se generaron suspensiones, postergaciones que fueron encareciendo el emprendimiento. “Que se suspenda la obra porque llega la temporada alta de ventas”, y con cada postergación aumentaban los costos. Incluso, hubo destrucción de obras ya realizadas por parte de quienes se oponían a los trabajos”.
Siguiendo con su teoría de que el Metrobús recibió una “mala onda” increíble, Carlos acota que aunque no votó por Cartes, está siendo beneficiado por dos fantásticos emprendimientos. “La avenida Laguna Grande que pasa por detrás de mi casa y que trajo un alivio a una vasta zona de San Lorenzo, Luque y Fernando de la Mora. Asimismo soy beneficiario de la avenida Costanera Norte que colateralmente ha permitido hoy el impensable asfaltado frente a mi casa paterna”.
Acota que estas dos obras “que se desarrollaron sin la presión negativa, sin maldiciones, hoy son una bendición para miles de usuarios cotidianos”.
Y concluye con algo con lo que estamos plenamente de acuerdo. “Nos falta visión-país, que mide el impacto positivo general de una obra, más allá de las orejeras que nos dan una visión reduccionista. “Mi tienda”, “Mi bar”, “Mi Ferretería”, nunca pueden estar por encima del interés de 400.000 pasajeros cómoda y eficientemente movilizados día a día”.
Muy cierto. Queremos acotar solamente dos cosas. La primera de ellos, Carlos se olvidó no sabemos si exprofeso, por su pasado periodístico, del papel instigador terriblemente destructivo que jugó el diario ABC Color. La mayor parte de la culpa del fracaso de Metrobús la tiene este diario.
Lo segundo. Vamos a anotar algo que consideramos grave. Esta misma actitud, si se quiere irracional que paró al Metrobús, la tiene el gobierno de Mario Abdo para con todas las cosas buenas que hizo su par anterior.
Esperemos que el país entonces no termine como la obra de marras.