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¡Viva la “dictadura”!

Señalar todas y cada una de las mentiras que divulga el diario ABC color sería imposible por razones de espacio, además de soporífero, por la misma causa. Sin embargo, vale la pena referirnos a una de ellas, con la que martilla de manera cotidiana, sobre la supuesta dictadura que ya se instaló o está por instalarse en nuestro país de la mano de Horacio Cartes. Los argumentos que esgrime son tan burdos que irrita a cualquiera que tenga información sobre lo que representa un régimen dictatorial y enfurece a quienes tuvieron la desgracia de padecerlo. Hablemos en serio y empecemos por algunas preguntas elementales que Zuccolillo debería responder, con datos concretos, si su tesis no fuera más que el fruto de su ya borrosa imaginación.

Por ejemplo, ¿Dónde están los presos y torturados por causas políticas? ¿Y los desaparecidos? ¿Y los que partieron al exilio para no ser objeto de lo anterior? ¿Cuáles son los partidos proscriptos por el gobierno? ¿El Comunista, que adhiere al stalinismo, o el de los trabajadores, adscripto al trotskismo? ¿Qué libertad pública, al menos una, se halla conculcada? Y por último, para abreviar, ¿Tal vez el presidente insinuó, sin que nos hayamos enterado, disolver otro poder del Estado o se arrogó una de sus facultades,  y si así fuera, cuál de ellas y en qué caso?

Por supuesto, son interrogantes que ABC ni nadie podría responder, no con un mínimo de seriedad, al contrario de la dolorosa situación que vive el hermano pueblo de Venezuela, en donde el chavismo sí describió un proceso que derivó en la dictadura que hoy todos vemos. Empezó con las terribles represiones a los estudiantes, poco después de que asumiera la presidencia Nicolás Maduro, a comienzos del 2014, acompañada por el apresamiento de centenares de ellos. Siguió con la implacable persecución política a los líderes de la oposición, la proscripción de varios de ellos, el rechazo inconstitucional a la realización de elecciones para un referéndum revocatorio, la disolución de la Asamblea Nacional y de vuelta la represión feroz a las protestas que se iniciaron hace poco más de 100 días. Y hay mucho más, pero como saldo provisorio de esta brutal realidad podemos señalar que ya son 109 los asesinados, hay 450 presos políticos, muchos de ellos sin proceso judicial, y otros 250 guardan prisión domiciliaria, en las mismas circunstancias.

Lo que observamos en la realidad paraguaya es exactamente lo opuesto. Ahí están los campesinos, abusando incluso del derecho constitucional a manifestarse, en detrimento de decenas de miles de ciudadanos que no pueden circular libremente por las calles de Asunción. Ahí también están las minorías más violentas que jamás hayamos visto a lo largo de la transición, diciendo y haciendo lo que se les viene en ganas en el Congreso. Y ahí está ABC color, que en nombre de la “libertad de prensa” no solo manipula escandalosamente la información, calumnia a medio mundo y sabotea todos los actos del gobierno, sino que, aparte de todo esto, incita permanentemente a la violencia, al desconocimiento del Estado de Derecho y al golpe contra las autoridades electas democráticamente.

¿Acaso Zuccolillo decía algo de lo que ahora dice durante la dictadura de Alfredo Stroessner y por eso ahora habla con tanta “autoridad”?. ¿Publicó alguna vez, aunque sea de manera solapada, la necesidad de “salir a las calles para restaurar la democracia”?. La respuesta causaría risa, si su papel no hubiera sido tan nefasto. Su tímida oposición al régimen recién se produjo cuando éste se venía abajo, a pesar de lo cual le clausuraron de inmediato su diario. Pero hasta entonces, y hablamos de más de un cuarto de siglo, fue cómplice y encubridor de los más horrendos crímenes y el mayor latrocinio perpetrado en América Latina.

Un solo dato, que el lector puede comprobar si busca en internet bajo la leyenda “portada de ABC de abril de 1975”. En esa época se produjo una terrible oleada represiva, cientos de compatriotas fueron encarcelados, salvajemente torturados, varios de ellos asesinados después de ser sometidos a largos tormentos y otros hasta ahora se hallan desaparecidos. Se habilitaron campos de concentración en Misiones y también en Emboscada. Pues bien, en las tapas del diario perteneciente al “demócrata” Zuccolillo solo encontraremos referencias a…! la inundación! registrada en aquel entonces, más alguna donación realizada por “la esposa del presidente, Doña Ligia Mora de Stroessner”.

Hoy esa pesadilla quedó atrás y nuestro pueblo goza de plenas libertades, en el marco de una democracia que con todas sus imperfecciones es lo mejor que construimos a lo largo de toda nuestra historia. El único que no lo ve así es Zuccolillo y, lógicamente, sus empleados de la prensa y de la política.

Pero no discutamos más sobre términos. Que se quede con la “democracia” de Stroessner, a la que por algo nunca combatió como combate al actual gobierno, que nosotros, sin duda alguna, nos quedamos con esta “dictadura”.

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