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Y recién empieza…

Cuando los “fonopinchazos” y los “cruce de llamadas” que se divulgaban eran selectivos, afectando solo a algunas personas ligadas al oficialismo, los grandes medios se regocijaban y los senadores que les son funcionales, tanto de la oposición como de la disidencia, no dudaron en hacer rodar las cabezas de sus colegas Óscar González Daher y Jorge Oviedo Matto. Después de todo, eran enemigos políticos y/o personales, cuyos castigos producían “buena prensa” y réditos electores. Pero, ¿y ahora? ¿Harán lo mismo con los senadores Adolfo Ferreiro y, sobre todo, con  Enrique Bacchetta, uno de los principales colaboradores del  presidenciable por la ANR? ¿O a los amigos se los mide con otra vara, aunque los hechos de los que se les acusa sean los mismos?

Al “caso Ferreiro”  se le sumó ayer un nuevo escándalo, el que tiene como protagonista a Bacchetta, quien, de acuerdo a lo publicado por el diario La Nación, realizó nada menos que 37 llamadas a jueces y 23 a fiscales, además de contactar vía telefónica con la esposa del fiscal General del Estado en 24 oportunidades, también con el vicecontralor General de la República, la Asociación de Magistrados, relatores de la Corte Suprema de Justicia, etcétera, etcétera.

Siguiendo la lógica aplicada con los dos legisladores antes mencionados, uno expulsado de la Cámara Alta y el otro obligado a presentar renuncia, Bacchetta también podría ser acusado por “tráfico de influencias”, pues las llamadas en cuestión solo se explicarían su tuvieron por finalidad formular “pedidos” o ejercer algún tipo de presiones, salvo que lograra demostrar que con todos esos jueces y fiscales mantiene relaciones de amistad, lo cual resultaría inverosímil.

Pero las cosas no acabaron ahí. En medio del revuelo causado por la difusión de las sugestivas llamadas hechas por el senador, afloraron otras denuncias no menos graves, como la del abogado Mauro Barreto, presidente del Colegio de Abogados del Alto Paraná. El profesional asegura que cuando Bacchetta ejercía la presidencia del Jurado de Enjuiciamiento, pidió 300.000 dólares para “mediar” en un conflicto importante, conocido como “Laterza Cue”, y se guardó para él la millonaria suma.

Barreto, quien resaltó que ni el presidente del JEM, ni sus miembros, están facultados a “mediar” en ningún litigio, agregó además que entre los profesionales del foro es muy extendida la opinión de que Bacchetta sería el principal artífice del esquema montado en el Jurado para manejar a jueces y fiscales a su antojo, chantajearlos y así obtener fallos a medida para favorecer a su estudio jurídico. “El hizo exactamente lo mismo de lo que se le acusa a González Daher, pero con antelación”.

Los cargos a investigar son graves y los senadores difícilmente puedan seguir por mucho tiempo más “sacándole la cola a la jeringa”, excepto que estén dispuestos a pagar el alto costo político por sus propias incoherencias.

Y es este, precisamente, el grave problema que hoy enfrentan disidentes y opositores. Al echar a dos de sus pares, con el escapulario en una mano y el hispo en la otra, cargado de agua bendita, comenzaron a transitar por un sendero sinuoso, inclusive ilícito, sin pensar que a continuación podía ser el turno de ellos.

Y recién es el comienzo…

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