NUEVA YORK.- Un nombre ha cobrado magnitud en el círculo íntimo del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump: su yerno, Jared Kushner, marido de su hija Ivanka, un empresario de 35 años que ha sido su confidente y uno de sus asesores más cercanos. El comité de transición analiza como añadirlo a la Casa Blanca, sin violar las leyes contra el nepotismo.
Y mientras el magnate avanza en la elección de colaboradores para su futura administración, suena el nombre del excandidato presidencial Mitt Romney como posible jefe de la diplomacia norteamericana.
Kushner estuvo involucrado en las decisiones más trascendentales de la campaña presidencial de su suegro, y ahora el equipo de transición estudia cómo sumarlo a la Casa Blanca sin violar las leyes contra el nepotismo que rigen en Estados Unidos.
Una ley prohíbe a los funcionarios públicos nombrar, emplear, recomendar o impulsar la designación de un familiar en el gobierno federal, una traba difícil de sortear para Kushner, casado con Ivanka Trump, la hija predilecta del magnate.
Kushner integra la mesa chica de Trump junto con Stephen Bannon, su jefe de campaña, que actuará como su principal consejero en la Casa Blanca; Reince Priebus, su futuro jefe de gabinete, y el vicepresidente electo, Mike Pence. Fue, junto a Melania Trump, el único familiar que viajó con Trump a Washington para su primer encuentro con el presidente Barack Obama, luego de las elecciones.