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Hace 28 años que nuestro país vive un proceso de democratización que no ha tenido ningún retroceso a pesar de varios intentos. Desde 1989 se inició un camino de superación de una larga historia de atrocidades, saqueos y muertes. No solo hemos consolidado el sistema democrático con el respeto a los derechos humanos y las libertades públicas, sino que Paraguay se ha posicionado a nivel internacional con una imagen firme y respetable.
ASUNCIÓN.- No fue un camino fácil y llevó mucho más tiempo del esperado la consolidación de la democracia. Pero hubo factores que hicieron frente a los nostálgicos con tal contundencia que éstos no tuvieron más remedio que batirse en retirada. Uno de estos factores fue, indudablemente, la ciudadanía, que cada vez que algún mesiánico aparecía con ambiciones desmedidas e irracionales se organizaba con firmeza e impedía cualquier tipo de retroceso.
Otro factor fueron las Fuerzas Armadas; la última vez que salieron de los cuarteles fue acompañando a Andrés Rodríguez los días 2 y 3 de febrero. Desde que volvieron a encerrarse dentro de sus muros, jamás se prestaron a ninguna jugarreta que pudiera poner el proceso en peligro. De todos los estamentos, posiblemente sean los militares quienes más se adaptaron a los nuevos tiempos.
Pasaron 28 años en los que se consolidó el respeto a los derechos humanos y las libertades públicas. Hoy, nadie pone cortapisas al derecho a opinar libremente, algo reservado, hasta no hace mucho, a los medios de comunicación tradicionales, pero democratizado con la llegada de Internet y las redes sociales.
Pero en gran parte de estas casi 3 décadas Paraguay continuó teniendo una fama nefasta, como país corrupto y poco creíble. Recién desde hace muy poco que hemos recuperado el respeto de la comunidad internacional, que hoy nos ve como opción válida para el capital extranjero, tal como lo dicen respetados organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo y Transparencia Internacional.
Aún estamos lejos de salir de la crisis económica y las asimetrías sociales que sufrimos desde hace décadas. Faltan cuestiones fundamentales como la modificación a la Ley de Financiamiento Político, que establezca disposiciones claras que eviten que el narcotráfico sea aportando a las campañas políticas y una Reforma Agraria Integral, que establezca un mecanismo justo y adecuado para el acceso de los campesinos a una tierra propia. Pero hay un trecho andado, y eso es válido y digno de respeto.
REPARTIJA IMPÚDICA DEL BOTÍN: FORTUNAS MAL HABIDAS PASARON A MANO DE GOLPISTAS
No todo fue color de rosa luego del golpe de Estado que derrocó a la dictadura. Los autores de la gesta no estuvieron motivados por el patriotismo sino por la ambición y los negocios. Todo lo que durante más de 3 décadas robaron los stronistas pasó a manos de los golpistas, encabezados por Lino Oviedo, quien se quedó con los negocios más importantes en la repartija.
La versión más fuerte de los motivos del golpe de Estado del 89 es que el consuegro del dictador, el general Andrés Rodríguez, se molestó porque el régimen se había apoderado de algunos negocios suyos. Si bien es cierto que la resistencia ciudadana, cada vez más intensa, llevaba años golpeando, ninguno de los militares que protagonizaron el levantamiento del 2 y 3 de febrero lo hicieron por un espíritu de patriotismo.
Así que no solamente dieron al pueblo el precioso regalo de las libertades, sino que, en el camino, ellos mismos se volvieron millonarios, posiblemente pensando que quien roba a ladrón tiene 100 años de perdón.
Toda la fortuna robada por los stronistas durante más de 3 décadas, en pocos meses pasó totalmente a mano de los golpistas. Esta repartija fue encabezada por el entonces coronel Lino Oviedo, quien se volvió uno de los hombres más ricos del país, consiguiendo que ningún negocio ilegal se realizara sin un porcentaje para él.
Una de sus primeras víctimas fue el también delincuente Francisco Feliciano Duarte, alias “Manito”, ultra millonario presidente de la Administración Nacional de Telecomunicaciones (Antelco) durante la dictadura. De un solo zarpazo, Oviedo se apoderó de su fortuna mal habida, la que, en realidad, debía haber regresado a las arcas del Estado. Entre lo que pasó a su poder están varias hectáreas y una mansión cerca del aeropuerto Silvio Pettirossi, y la mansión de Villa Morra, a donde se mudó la familia Oviedo.
El exmilitar se apoderó no solo de dinero y propiedades sino también de reliquias históricas que pertenecen al país. Es el caso de la metralleta piripipi que había pertenecido al expresidente Rafael Franco, que, supuestamente, fue obsequiada a Oviedo por el presidente del Partido Revolucionario Febrerista, Víctor Sánchez Villagra, un oviedista rabioso, aunque nadie pudo confirmarlo.
LA CABRA SIEMPRE TIRA AL MONTE
Luego de permanecer varios años mimetizados en sectores democráticos, los stronistas volvieron con fuerza y sin máscaras a la arena política de la mano de Mario Abdo Benítez, “Marito” y no dejan duda de que el tiempo de silencio no les enseñó nada. Siguen queriendo desconocer la voluntad de pueblo, decidiendo entre 4 paredes lo que afecta a toda la ciudadanía.
Al principio desaparecieron mágicamente. Luego del golpe del 89 parecía que Alfredo Stroessner no tenía ningún sostén político ya que nadie salió a las calles a apoyarlo y enfrentar a los golpistas.
Los stronistas tomaron 2 caminos diferentes; los que se habían unido al régimen para encontrar beneficios personales se mimetizaron rápidamente y resultaron demócratas de la primera hora. Como los golpistas tuvieron los mismos orígenes, muchos de estos mimetizados pasaron a formar parte del nuevo gobierno de Andrés Rodríguez. Durante años circuló el rumor de que, al ver una foto del gabinete del nuevo presidente, Stroessner –en su exilio de lujo- dijo “allí solo falto yo”.
Otros, los más recalcitrantes, se escondieron bajo la sombra, y desde allí estuvieron atentos para apoyar cualquier intento de regresar al pasado. Luego de varios años de silencio y reiterados fracasos de los retardatarios, descubrieron que se respetaban las libertades y se animaron a dar la cara como lo que siempre fueron, stronistas.
Creyendo que al poner en el Senado al nieto del dictador marcarían presencia de nuevo en el panorama político nacional. Pero Alfredo Stroessner, nieto, pasó sin pena ni gloria por el Congreso. Con quien sí adquirieron protagonismo fue con Mario Abdo Benítez, quien, enseguida, se impuso, primero como niño mimado del presidente Horacio Cartes y después como su furibundo enemigo.
Y hoy, es el stronismo el que maneja la mayoría del Senado, con lo que llevan casi 2 años intentando trabar cualquier iniciativa que provenga del gobierno, sin importar a quien pudiera beneficiar. Porque en 28 años de proceso democrático, los stronistas no cambiaron en nada. Siguen pretendiendo actuar a espaldas de la ciudadanía, desconociendo su voluntad y sus derechos. Prepotentes y patoteros, demuestran que están hechos a imagen y semejanza de sus antepasados. Su siguiente objetivo es impedir que la gente decida si quiere o no la reelección presidencial.
RESULTARON ÍDOLOS CON PIES DE BARRO
Durante la dictadura, Desirée Masi y Rafael Filizzola eran referentes de la resistencia de ciudadanos que tenían la valentía suficiente para enfrentarse al dictador y sus secuaces, sin bajar la cabeza y a riesgo de sufrir persecución y detenciones arbitrarias.
Pero, por lo visto, todas las buenas intenciones desaparecieron ni bien tuvieron un poquito de poder. Él está investigado por lesión de confianza en 2 causas acontecidas cuando era ministro del Interior de Fernando Lugo. Ella, como legisladora, ha demostrado un absoluto descontrol y falta de escrúpulos.
Hoy, ambos están aliados con quienes durante la dictadura fueron sus grandes enemigos, los stronistas. Resulta inexplicable que quienes fueron tan grandes luchadores por los derechos del pueblo hayan conseguido intereses comunes con Mario Abdo Benítez solamente porque unidos a su sector tienen mayoría para cometer descalabros en el Senado.
Finalmente, resultó que Masi y Filizzola, como muchos otros que nos habían prometido un país diferente, resultaron ídolos con pies de barro.
F5: Así terminó Lino Oviedo. Como paradojas del destino, murió en un accidente aéreo justo el 2 de febrero del 2013, exactamente 24 años después del golpe.
LINO’O TERMINÓ SIN PENA NI GLORIA
Se sentía el héroe del golpe que derrocó al dictador Alfredo Stroessner, pero eso nunca le bastó. Lino Oviedo, convertido en comandante del Ejército después del 3 de febrero, soñaba con ser el presidente de la República y lo intentó de todas las formas posibles, fracasando en todas ellas. Cuando murió, ya iba en picada y hoy, ni siquiera lo recuerdan sus otrora seguidores, que, en mayoría, volvieron a la ANR.
Este es, en resumen, la historia de quien fuera el hombre más poderoso de las Fuerzas Armadas durante los primeros años luego del golpe. Posiblemente hubiera podido terminar recordado como el héroe que él creía que era, si no fuera porque sus ansias de poder fueron tan grandes, que intentó ser presidente de la República por métodos legales, como las elecciones, e ilegales como los golpes de Estado. No le resultó de ninguna manera. Cuando más cerca estuvo de sentarse en el sillón de López fue cuando su escudero, Raúl Cubas Grau, ganó las elecciones en 1998, pero la rebelión ciudadana del Marzo Paraguayo también se lo impidió.
A tal punto pasó al olvido que hasta su propio hijo dejó el partido que había fundado y regresó a la ANR. Ayer se cumplieron 4 años del extraño accidente en un helicóptero que le costó la vida, y nadie lo recordó.
