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ASUNCIÓN.- Lo primero que hizo el contralor Enrique García apenas iniciado su proceso fue chicanearlo, recusando a la jueza Lici Sánchez, que tiene su causa por supuesto mal desempeño en sus funciones. El cuestionamiento es de forma. En ese sentido, la magistrada dijo que la acción del titular del ente contralor “va más allá de la chicanería” y llega hasta el punto de ser “perversa”, ya que incluso la denuncia ante el Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Posiblemente, Sánchez haya incurrido en excesivo interés en llevar adelante la causa en contra de García, por eso pidió su desafuero a la Cámara de Diputados, cuando que su investigación debía correr paralela a la posibilidad de que se inicie el proceso de juicio político en contra suya.
Pero de allí a pretender acusarla por mal desempeño parece en demasía exagerado. De hecho, el error en el que pudo haber incurrido es de forma y no altera el fondo de la cuestión.
La jueza sostuvo que es una falacia decir que ella no puede pedir el desafuero de García a la Cámara Baja, órgano competente para el efecto.
Además, este tema ya ocurrió hace por lo menos 2 semanas, por lo tanto, si la intención de la defensa del contralor era recusar a la jueza y acusarla por mal desempeño, tuvieron tiempo más que suficiente para hacerlo sin tener que llegar al día de la audiencia de imposición de medidas. Si lo hubieran hecho en tiempo y forma, la audiencia se hubiera llevado a cabo ya con otro juez, y así no se hubiera impedido el inicio del proceso judicial.
Todo esto viene a cuento porque desde que se inició la investigación en su contra, García se mostró como alguien inocente y perseguido político, y denunció que todas las acusaciones en su contra no tenían mayor objetivo que conseguir que un colorado quedara al frente de la Contraloría General de la República.
Recordemos que son varias las causas por las que se imputó al contralor, pero la más importante es por falsificación de documento público, en el caso que exige que la Municipalidad de Asunción pague una millonaria suma a la empresa Ivesur por no haber apelado la resolución siendo que, en ese momento, era asesor jurídico de la administración de Mario Ferreiro. Supuestamente, cuando se denunció su omisión, García falsificó documentos que decían que había apelado cuando, en realidad, no lo había hecho.
AHORA DICE QUE AUDITARÁ A GONZÁLEZ DAHER
Dicen nuestras fuentes que el contralor Enrique García habría llegado a una especie de acuerdo, vaya a saber con quién, para evitar su procesamiento con la promesa de que la Contraloría General de la República no auditaría el período de Óscar González Daher al frente del Jurado de Enjuiciamiento de Magistrados.
Resulta que ahora, que la bancada colorada en la Cámara de Diputados aprobó holgadamente el inicio de su juicio político y en el Senado se negocian los 2 tercios absolutos para juzgarlo y condenarlo, las cosas cambiaron y, como vio que en el Parlamento su causa está perdida, ahora pretende congraciarse con la Justicia, por lo que, con bombos y platillos, anunció que la CGR auditará al exsenador en el JEM.
Estas son las cosas que salpican al contralor y llevan a concluir que no tiene limpio su expediente, puesto que se muestra demasiado interesado en transar con quien fuere con tal de evitar ser condenado por los delitos por los que se le investiga. Luego del escándalo de los audios del JEM que, supuestamente, demuestran tráfico de influencias, en el que González Daher es uno de los principales sospechosos, lo primero que hubiera hecho García era ordenar una auditoría profunda al jurado. Por lo menos si es tan inocente como presume.
