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CAACUPÉ.- Cuando Fernando Lugo era presidente de la República, para el obispo de Misiones y Ñeembucú, Mons. Mario Melanio Medina, todo “era una maravilla”. No se discute que para él sí lo fue, ya que era uno de los más beneficiados con recursos de la Entidad Binacional Yacyretá (EBY). Pero con este gobierno se le cortó el chorro y desde entonces aprovecha cualquier ocasión para descargar su ira contra la actual administración central. Tal es así que ayer el prelado reivindicó las invasiones y reclamó “la falta de respuestas a los reclamos de la ciudadanía”.Los devaneos de un obispo nostálgico de Lugo se dieron durante su homilía en el novenario en honor a la Virgen de Caacupé.
El prelado recordó “la lucha campesina por la tierra y criticó a las autoridades de Estado por “las injusticias que afronta la sociedad paraguaya”. “Qué pena lo que ha sucedido en Marina Cue (Curuguaty) y en Guahory. No se debe seguir permitiendo eso”, expresó y culpó al gobierno de esta situación.
El caso Curuguaty, donde murieron 17 personas; 11 campesinos y 6 policías, ocurrió en el 2012, cuando su amigo Fernando Lugo era presidente de la República. La masacre incluso le costó el gobierno, ya que fue enjuiciado y destituido. Pero en esa época Melanio Medina no protestaba, porque se le tenía bien calladito con dinero de la EBY.
En lo que respecta a las tierras de Guahory, en el departamento de Caaguazú, ésta es una zona de tensión entre campesinos y colonos brasileños. Estos últimos alegan ser dueños de la tierra, mientras que los campesinos afirman que son propiedades del Estado y aunque el gobierno les ofrece solución, los labriegos se mantienen en su postura de “si no son esas tierras, no serán otras”.
Lo que en ese sentido tampoco dijo Mons. Medina es que hay un grupo de políticos, como el presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), Efraín Alegre (con quien recientemente tuvo una reunión privada) y sus correligionarios, Luis Alberto Wagner, José “Pakova” Ledesma, entre otros, que incitan a los labriegos y crean un ambiente de violencia en el sector. El único objetivo es crear zozobra para desacreditar e intranquilizar al gobierno. La denuncia la hizo el propio presidente del Instituto Nacional del Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), Justo Cárdenas.
