ADN Digital
Artículos relacionados
ASUNCIÓN.- La Justicia Electoral parece convertida en tierra de nadie. Hacienda ha decidido no liberar más fondos y los miembros del TSJE ya no reciben diarios ni pueden tomar café. Pero no están tan mal gracias a Narciso Ramírez, el director de Rendición de Cuentas y responsable de la financiera mau, quien les pasa lo que consigue con los intereses usureros que cobra a los pobres funcionarios que recurren a él para conseguir préstamos.
Ya que ni el Parlamento ni la Fiscalía parecen interesados en liberar a la ciudadanía de la perversa influencia de Alberto Ramírez Zambonini, Jaime Bestard y María Elena Wapenka, el Ministerio de Hacienda ha tomado cartas en el asunto y ha decidido cortar el chorro al escandaloso despilfarro del dinero público.
No solo no libera los fondos para salarios de los nuevos contratados, sino que ha eliminado todo gasto superfluo del TSJE y sus miembros se ven en la vergonzosa situación de que si quieren leer los diarios o tomar una taza de café, deben sacar el dinero de su propio bolsillo, algo que no les dejaría conciliar el sueño a la noche.
Claro que nadie puede dudar de que los 3 sean personajes que saben rebuscarse. Ahora que salió al tapete la existencia de una financiera que funciona de manera irregular en la Justicia Electoral, los medios han identificado a los responsables de esta empresa que explota a los funcionarios con intereses usureros.
Pero lo que parece ignorar la opinión pública es que la plata para que funcione esta financiera proviene de los 3 del TSJE, que consiguen pingues ganancias con los intereses que les cobran a quienes deben recurrir a ellos en busca de un préstamo. Como ejemplo basta comentar el caso de una funcionaria que prestó 3.500.000 guaraníes a un año de plazo y terminó devolviendo 5.800.000.
Así que mal no están los 3 sujetos, ya que Ramírez, el responsable de la financiera, periódicamente les pasa las ganancias que consiguen mediante la usura disfrazada de intereses.
Pero el resto de la institución vive en un caos. La decisión de Hacienda de no liberar los fondos ha perjudicado a todos y se ha llegado al colmo de que los vehículos, que han cumplido el kilometraje que les tocaba, no pueden ir al taller porque no hay plata para ello y ni siquiera se puede llamar a una licitación para elegir al taller con el que trabajará la institución.
Hay choferes que han viajado al interior del país y no pueden cobrar sus viáticos porque la institución ya no recibe dinero para nada, salvo el salario de quienes no son nuevos contratados.
Aunque esto parezca cruel, es el resultado del alevoso robo que se ha cometido en la institución de varias maneras, de todo lo cual los únicos responsables son Ramírez Z., Bestard y Wapenka, y así seguirán las cosas hasta que alguien haga algo para rajarlos del cargo que ocupan sin mérito alguno.
