La reliquia de Chitunga es recibida en el altar principal.
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Chiquitunga: Paraguaya venerable, ya es beata

Ante la presencia de más de 45.000 fieles, el enviado del papa Francisco, el cardenal Angelo Amato proclamó este sábado la beatificación de María Felicia de Jesús Sacramentado “Chiquitunga”, momento en que fue descubierto el retablo con el angelical rostro de la carmelita que iluminó todo el estadio por su belleza y por la nobleza que expresa. El papa Francisco envió un mensaje, donde destaca el alma generosa de la primera beata paraguaya.

ASUNCIÓN.- Desde tempranas horas de este sábado una gran cantidad de personas provenientes de distintas localidades del interior del país llegaron con sus grupos religiosos para participar de la fiesta mariana.

La ceremonia de beatificación fue presidida por el cardenal Angelo Amato, delegado del papa Francisco, siendo la última misión como prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos.

Al inicio de la ceremonia de beatificación, se leyó la biografía de Chiquitunga, desde su nacimiento en la ciudad de Villarrica, resaltando su vocación de servicio al prójimo desde su niñez y su entrega a Dios.

Posteriormente, el cardenal Amato, leyó un mensaje del papa Francisco en latín, cuya traducción fue proveída por los organizadores.

El pontífice señaló en su Carta Apostólica que María Felicia de Jesús Sacramentado, se consagró totalmente a Dios, por lo que en adelante “el 28 de abril, día de su nacimiento en el cielo, puede ser celebrado cada año”. El mensaje fue enviado por el santo padre, desde Roma el pasado 12 de junio.

“Nos, acogiendo el deseo de Nuestro Hermano Edmundo Ponciano Valenzuela, S.D.R., Arzobispo Metropolitano de la Santísima Asunción, y de muchos otros Hermanos en el Episcopado y de numerosos fieles, después de haber consultado a la Congregación para la Causa de los Santos, con Nuestra Autoridad Apostólica concedemos que la Venerable Sierva de Dios María Felicia de Jesús Sacramentado (en el tiempo: María Felicia Guggiari Echeverría), virgen, hermana profesa de la Orden de las Carmelitas Descalzas, quien, enteramente entrada a la voluntad de Dios, recorrió el arduo camino de la perfección evangélica consagrándose totalmente al Señor con alma generosa, sea llamada Beata, de ahora en adelante y que, el 28 de abril, día de su nacimiento en el cielo, pueda ser celebrado cada año, en los lugares y modos establecidos por el derecho”, manifiesta el texto enviado por el papa.

Luego, se descubrió el retablo con la imagen de Chiquitunga. Desde ese momento, la paraguaya ya podía ser venerada como beata, un paso previo antes de alcanzar la santidad.

La ceremonia, que inició a las 14:00 y se extendió hasta las 18:30, prosiguió con una emotiva misa eucarística, presidida por el cardenal italiano Ángelo Amato.

EL MILAGRO QUE POSIBILITÓ LA CONSAGRACIÓN DE LA PARAGUAYA

El pasado 7 de marzo, el papa Francisco reconoció el milagro para la beatificación de María Felicia de Jesús Sacramentado y autorizó la redacción del decreto final que fue entregada ayer a los postuladores de la beatificación.

El prodigio reconocido corresponde a un niño que había nacido sin signos de vida en San Pedro del Ycuamandyyú. Según los datos, los médicos intentaron reanimarlo por varios minutos y una enfermera que estaba en la sala encomendó al pequeño a Chiquitunga para que salvara su vida. Milagrosamente, después de algunos minutos, el bebé revivió y se recuperó completamente sin ninguna secuela.

Se trata de Ángel Domínguez, quien en la actualidad vive con su abuela materna Beatriz Peralta, en el barrio Santa Ana de la ciudad de San Pedro de Ycuamandyyú. Ángel ahora tiene 16 años y dijo que está muy emocionado de que su salvadora sea convertida en beata y que es algo inexplicable lo que sucedió con él al nacer.

De esta forma Chiquitunga, se convirtió en la primera mujer paraguaya, siempre halagada por el papa, en ser beatificada. También es la segunda compatriota en los altares, luego de San Roque González de Santa Cruz.

UNA VIDA ENTREGADA A DIOS Y A LOS MÁS NECESITADOS

María Felicia Guggiari, quien como religiosa adoptó el nombre de María Felicia de Jesús Sacramentado, popularmente conocida como Chiquitunga, nació en Villarrica en 1925, y se volcó de lleno a la acción católica desde su adolescencia. Se entregaba a Dios acompañando niños en la catequesis, jóvenes trabajadores y universitarios, pobres, enfermos y ancianos.

“En todos los trabajos que estoy realizando trato de poner el sello de nuestro espíritu cristiano, porque quiero que todo se sature de Cristo y donde quiera que sea pueda dejar un rayito de luz”, escribió durante sus años de intensa vida apostólica.

A los 30 años sintió el llamado a la vida contemplativa e ingresó como Carmelita Descalza en Asunción. Las hermanas la recuerdan como alguien que se caracterizó por “su gran espíritu de sacrificio, caridad y generosidad, todo envuelto en gran mansedumbre y comunicativa alegría”. Su entrega y su amor por Cristo eran plenos, y se refleja en varias de sus poesías.

Al poco tiempo de haberse entregado en la vida contemplativa, enfermó de una hepatitis infecciosa. Tenía 34 años, y poco antes de morir, clamó: “Papito querido, ¡qué feliz soy!; ¡Qué grande es la Religión Católica!; ¡Qué dicha el encuentro con mi Jesús!; ¡Soy muy feliz!; ¡Qué dulce encuentro! ¡Virgen María!”.

Ya en 2015, durante la visita del papa Francisco al Paraguay los obispos habían intercedido por la causa. Monseñor Claudio Giménez, obispo de Caacupé, incluso le pidió en público al pontífice la beatificación de Chiquitunga, al agradecerle el cariño que siempre expresa por las mujeres paraguayas.

DEVOTOS DE TODO EL PAÍS Y DEL EXTRANJERO SE CONGREGARON PARA LA MISA EUCARÍSTICA

Miles de devotos  de todo el territorio nacional y del extranjero se congregaron este sábado en el estadio del club Cerro Porteño, para asistir a la ceremonia de beatificación de Chiquitunga.

Fieles de Alto Paraná, San Pedro Itapúa, de Guairá -lugar de nacimiento de la beata- y de distintos departamentos del país llegaron para ser partícipes del emotivo acto.

Desde tempranas horas de ayer se comenzaron a escuchar cánticos y rezos, y fue la antesala de la fiesta que representó para los fieles la ceremonia.

También se pudo observar devotos y grupos religiosos de Argentina, Brasil y Uruguay.

“Después de que escuché lo de la Chiquitunga y me encomendé a ella. Le dije: ‘Por favor Chiquitunga intercedé por mí, por mi esposo y mi vecina que estamos enfermas’. Hace 15 días que me voy a un doctor cirujano en Nueva Italia y con dos recetas, además de las oraciones que él me dijo que haga para la Chiquitunga, me estoy curando”, refirió una de las fieles que llegó hasta la Nueva Olla.

CARTES PARTICIPÓ DE LA CELEBRACIÓN

El presidente de la República, Horacio Cartes y la vicepresidenta Alicia Pucheta de Correa, asistieron a la ceremonia de beatificación de María Felicia de Jesús Sacramentado “Chiquitunga”, evento que se realizó en la víspera en el estadio del club Cerro Porteño.

Se trata de un hecho histórico, del que participaron además el mandatario electo, Mario Abdo Benítez, ministros, parlamentarios, el intendente de Asunción, Mario Ferreiro; entre otras autoridades.

Miles de fieles provenientes de todo el país y del extranajero llegaron en familia y con sus grupos religiosos, hasta el estadio General Pablo Rojas, para formar parte de la ceremonia de beatificación de la primera beata de Paraguay.

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