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ASUNCIÓN.- El gobierno Abdo Benítez fija su mirada, al punto de la obsesión, en buscar culpables de sus propios errores en la administración Cartes, y no centra su atención en los graves problemas causados por determinaciones erradas con segundas intenciones, como ocurrió en Petropar.
La cadena comercial, integrada por los supermercados, proveedores y productores, exige resultados inmediatos a la guerra al contrabando, que hasta el momento, el paso que dio el jefe del Ejecutivo es solamente burocrático. Nombró a Emilio Fuster en un cargo que parece un superministerio, obviando los organismos ya creados para combatir el flagelo.
Los productores frutihortícolas, de pollo y de cerdo, productos industriales y la cadena de supermercados, además de los distribuidores, reclaman acciones inmediatas, “antes que lleguen las fechas de mayor consumo, noviembre y diciembre”, apuntan estos gremios.
Es prácticamente continuo el ingreso de mercaderías por zonas muy vulnerables, sin control, en la zona fronteriza. Los productores frutihortícolas son los que resienten con mayor intensidad las consecuencias de este flagelo.
En las escasas intervenciones de la Dirección General de Aduanas (DGA), el mayor decomiso es de tomates y cebollas. Ambos productos están protegidos. Las calles de Asunción y Área Metropolitana se ofrecen a bajo precio y en algunos casos, hasta son ofertados en comercios del Mercado de Abasto.
Por el Puente de la Amistad y otras zonas de acceso por el río Paraná, frontera con Brasil, ingresan diariamente toneladas de pollo. Las autoridades aduaneras saben los puntos de ingreso, pero los contrabandistas gozan de la vista gorda.
