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QUITO. En un escenario dramático y de acuerdo a las cifras oficiales, Ecuador sufre de 1.962 casos confirmados de Covid-19, 3 personas recuperadas y 60 fallecidos, 37 de ellos en la provincia litoral de Guayas, cuya capital es Guayaquil, a 425 kilómetros al sur de Quito. Sin embargo, aparentemente la situación es mucho más extrema en la vida real.
Es precisamente en la mencionada ciudad de Guayaquil, en el cementerio Jardines de Esperanza, donde hace cuatro días se desarrolla una atribulada espera de familiares de personas fallecidas por Covid-19 o por cuadros de neumonía aguda.
Según el medio Expreso, en la víspera hubo 90 solicitudes de exhumación, cuando la capacidad del camposanto es de 42 por día.
“¿Qué está pasando en el sistema de salud? No retiran a los muertos de las casas, los dejan en las veredas, caen frente a hospitales, nadie los quiere ir a recoger. Las familias deambulan por toda la ciudad tocando puertas para que los atienda o los reciba un hospital público, adonde ya no hay camas, les cierran la puerta y los dejan afuera, en camionetas. Las clínicas están saturadas, el número que ofrecieron nadie lo contesta. No les llegan a hacer las pruebas…”, publicó en su cuenta de Twitter la intendenta de Guayaquil, Cynthia Viteri.
Aparentemente, no hay respuesta desde el Gobierno central, mientras en redes sociales, se multiplican las denuncias, graficadas con fotos y filmaciones, de cuerpos abandonados en calles, veredas, o de personal equipado con vestimenta de bioseguridad retirando cuerpos de centros asistenciales por puertas posteriores, casi de manera clandestina.
El Ministerio de Salud de Ecuador, Juan Carlos Zevallos, anunciaba en la víspera que “para esta emergencia sanitaria se destinará USD 101.3 millones para equipamiento de los hospitales a escala nacional, priorizados en atención de COVID-19. Esta inversión está focalizada en la repotenciación e incremento del servicio de camas de cuidados intensivos de adultos.”
