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MOSCÚ.- Se conocerá mañana al segundo finalista de la Copa del Mundo, cuando en el estadio Luzhnikí de Moscú se enfrenten las selecciones de Inglaterra y Croacia, en un duelo entre dos equipos de muy diferentes características. La potencia aérea de Inglaterra y el juego de toque de Croacia pondrá frente a frente a dos escuelas ancestrales.
Los grandes triunfos ingleses se basaron en la velocidad de su juego, en la rápida transición por el mediocampo, los punzantes ataques por las puntas y los mortíferos centros. Eso, desde siempre. Desde que el fútbol es fútbol. Y en esta selección Gareth Southgate resucitó lo mejor del fútbol legendario de Inglaterra y le agregó la habilidad de Lingard, la resolución en el área de Kane y un sentido colectivo mucho más práctico.
Poblado de jugadores que militan en el mejor fútbol de Europa, Croacia basamenta su andamiaje futbolístico en la habilidad de sus jugadores, como Modric y Rakitic, en la disciplina táctica, en ese afán de no dar por perdida ninguna pelota. Lo más parecido al fútbol total de la selección de Holanda de Cruyff y compañía, resucitada ahora en el cuadro de la exYugoslavia, de donde hereda la habilidad y la pasión por el buen trato a la pelota.
De modo que de este choque saldrá mañana el rival que discutirá con el ganador de Francia – Bélgica, la supremacía del balompié mundial, al menos por los próximos cuatro años.
