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ASUNCIÓN.- El pa’i Aurelio Martínez, de la localidad de Yatytay, Itapúa, dijo que el mismo Dios le dijo que pida la renuncia del presidente Horacio Cartes y reconoció que no solicitó permiso al obispo Francisco Pistilli para lanzar su enfurecido discurso contra el gobierno ante un grupo de campesinos. Pero parece que el dios que le habló fue Fernando Lugo y no el Altísimo.
Pa´ í Martínez saltó a la fama cuando el diputado colorado Walter Harms mostró en la sesión de la cámara un video en el que el clérigo arengaba a un grupo de campesinos y exigía a voz en cuello la renuncia del presidente Cartes, llamando incluso a una guerra “pero sin derramamiento de sangre”.
Recién en ese momento el obispo de Encarnación se enteró de lo que había hecho su subalterno, por lo que emitió un comunicado en el que aseguró que de ninguna manera, lo dicho por Martínez responde a la postura de la Diócesis de Itapúa.
Así que el cura de marras reconoció que no pidió permiso. Eso sí, su postura no es personal porque fue Dios el que le pasó letra y le inspiró el encendido discurso, a causa del cual hasta postergó para más tarde una misa que debía oficiar a la misma hora.
Sintiéndose casi un mesías, dijo que no quiere crear conflictos ni enfrentamientos, pero que él debe obedecer “a Dios y al pueblo”, sintiéndose casi un salvador de éste.
Sin ruborizarse siquiera, dijo que “si la Iglesia me quiere censurar, estoy firme porque estoy convencido de lo que dije. Todos saben y gracias a Dios no estoy acusado de acoso sexual sino de ser profeta”. En serio, el tipo piensa que es profeta. O por lo menos pretende que nosotros lo creamos, ya que hay gente que insiste en que el único dios que le habla al cura es Fernando Lugo y que todo lo actuado no es más que una campaña encubierta en favor del expresidente, quien pretende volver a postularse para un segundo mandato.
El obispo Pistilli negó que la Iglesia esté dividida entre quienes apoyan a Lugo y quienes no lo hacen, pero parece que algo de cierto hay en esta versión ya que el expresidente estaría apelando a sus viejos amigos y algunos nuevos adeptos dentro de la institución, para conseguir que utilicen sus púlpitos para hacer campaña en su favor. Prueba de ello sería lo hecho por el párroco de Yatytay, quien exigió la renuncia de Cartes, lo que sería la primera parte de la estrategia a seguir por los luguistas
