El presidente de los Estados Unidos fue hasta Paradise, California, y presenció en carne propia las secuelas que dejó el incendio, que comenzó hace una semana. “Es triste de ver”, afirmó el mandatario.
El siniestro, llamado “Camp Fire”, ha destruido casi 60.000 hectáreas en el norte del estado, dejando 71 muertos y más de 1.000 personas desaparecidas.
En el último año, California ha tenido varios incendios de gran magnitud, con un total de más de 100 fallecidos y miles de hectáreas desvastadas. La sequía ha afectado por años a este estado del oeste de Estados Unidos, según eluniversal.