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ASUNCIÓN.- El PLRA, tras la convención partidaria, más que nunca se encuentra a la deriva. Salvo Desireé Masi y Mario Abdo Benítez, nadie siquiera considera la propuesta de alinearse detrás de Efraín Alegre y convertirse en segundón. Ni Mario Ferreiro ni, menos aún Fernando Lugo estarían dispuestos a poner la cara para que el “dictador” de los azules sea el candidato de una concertación para las elecciones generales de 2018.
Tras largas horas de votación en la Convención del PLRA, el pasado sábado, finalmente los convencionales que responden al sector de Efraín Alegre con 278 votos lograron alcanzar la cantidad necesarios para afianzar la propuesta de la alianza política para las elecciones presidenciales de 2018, pero con un liberal a la cabeza, es decir Efraín. Con esta decisión, el proyecto de concertación que era impulsado por el bando de Blas Llano queda descartado, lo cual deja a su vez sin oportunidad al gobernador del departamento Central, Blas Lanzoni, de pugnar una chapa presidencial con el senador Fernando Lugo.
Desde hace varias semanas, tanto Lugo como Lanzoni venían participando en diferentes actos políticos alrededor del país, confirmando la intención del ex obispo de pugnar por una candidatura presidencial, pese a que la figura de la reelección no está contemplada en la Constitución Nacional.
Por otra parte, el intendente de Asunción, Mario Ferreiro, también había confirmado que estaba negociando con el presidente del PLRA, Efraín Alegre, con miras a los comicios del 2018. El jefe comunal asunceno había explicado que no existe ningún pacto sellado y elección en cuanto a candidaturas. No obstante, reconoció que “hay conversaciones”.
“Nosotros como grupo político estamos abiertos a hablar con todos los sectores democráticos del país, mantenemos conversaciones con al Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA). Conocemos hace mucho años a los integrante principales que tienen el control partidario, por lo tanto es normal que nos reunamos”, había expresado Ferreiro.
Pero con esta nueva disposición de los convencionales del PLRA, que el candidato a la presidencia debe ser uno del partido, el panorama cambia totalmente el panorama. Esta determinación, obtenida por Efraín Alegre gracias a su influencia y su autoritarismo, lleva al PLRA directamente a la deriva.
