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ASUNCIÓN. Después de haber aprobado con bombos y platillos la modificación del Código Electoral para permitir el voto electrónico, y haber presumido del espíritu de apertura y el respeto a la participación ciudadana, ahora, el oficialismo del PLRA está pretendiendo embarrar la cancha instando a que se tengan dudas sobre el sistema de votación que será inaugurado en las internas de julio del 2020.

Ahora resulta que el sistema de máquinas de votación por el que optó el Tribunal Superior de Justicia Electoral, podría dar paso a que vuelva el temido y jamás olvidado “voto calesita”. Realmente, el vocero del efrainismo, Fabián Martí, miembro del Tribunal Electoral Independiente (TEI), del PLRA, es el que advierte que esto podría suceder, aunque sin explicar exactamente cómo ocurriría, ya que la posibilidad del voto múltiple o “calesita” fue subsanada de manera importante con el uso de la tinta indeleble, la cual no está prohibida ahora con el voto electrónico.

Lo que sí dice Martí, y con esto demuestra que el efrainismo puede perder el pelo pero no las mañas, es que el oficialismo liberal no tuvo participación en una reunión convocada por el TSJE en la que se convocó a los representantes de los partidos políticos para analizar la implementación del voto electrónico. A primera vista, pareciera que la intención del organismo electoral fue aviesa y oscura, en un intento de dejar fuera de juego al efrainismo, pero resulta que la reunión se realizó con el apoderado de la ANR, Eduardo González, y con el miembro del TEI liberal Virgilio Benítez, representante del llanismo, sencillamente porque ningún integrante que represente al oficialismo se dignó asistir.

Tanto González como Benítez se habían mostrado conformes con las explicaciones que recibieron del presidente del TSJE, Jaime Bestard y los miembros de la Comisión para la Implementación del Voto y Escrutinio Electrónico, y si esto no ocurrió con los representantes del sector de Efraín Alegre fue sencillamente porque no asistieron al encuentro.

Esta jugarreta es muy utilizada por Alegre y sus acólitos, acostumbrados a poner trabas a cualquier proceso, con el argumento de haber sido excluidos del sistema, pero, en realidad, negándose a participar en cualquier intento de buscar soluciones a crisis nacionales de diversa índole. Son pescadores de río revuelto y es así como pretenden seguir manteniéndose en la órbita política.