El pasado 31 de marzo, varias personas se manifestaron y quemaron la sede legislativa
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Ellos festejaron ataque al Congreso, ellos deberían pagar por los daños

“¡Bien carajo!”, se escuchó claramente en el video que se viralizó el 31 de marzo pasado, cuando un grupo de senadores disidentes y opositores festejaban el ataque al Congreso que transmitían los canales en ese momento. Las reparaciones costarán entre 3 y 4 millones de dólares, que no tendría que pagar el Estado sino quienes instigaron a la violencia, incluidos los medios a cuyas directrices responden el “grupete”.

ASUNCIÓN.- No hay ninguna duda de que las cosas les salieron a pedir de boca a disidentes y sectores de la oposición que, desde hace meses, insisten en generar incidentes y amenazar con violencia, la que se concretó el viernes 31 de marzo, cuando un grupo de inadaptados atropelló el edificio del Congreso, provocándole graves daños y prendiéndole fuego.

Eso quedó más que patentado en las imágenes que se viralizaron a través de las redes sociales, en las que se muestra al “grupete” festejando el atraco, que fue protagonizado por sus propias huestes políticas. Se oye claramente el grito de “¡Bien carajo!”, posiblemente lanzado por el disidente Enrique Bacchetta, uno de los que ahora pretende decir que no festejaron lo que todos vimos que festejaban.

Ahora se muestran compungidos por los daños que recibió el edificio donde ellos trabajan, o deberían hacerlo. Un primer informe dice que repararlos tomará por lo menos 6 meses de tiempo y alcanzará una cifra que orilla los 4 millones de dólares. Por supuesto, pretenden que –nuevamente- el Estado se haga cargo de sus errores y pague los platos rotos.

Pero no debería ser así. Los políticos del “grupete”, incluido el mismo Efraín Alegre, y los dueños de los diarios que se convirtieron en voceros de la violencia, son quienes tendrían que meter la mano en sus propios bolsillos y hacerse cargo de la consecuencia de sus actos.

Ayudaría mucho a esto que la Fiscalía impute a los autores morales e instigadores del desastre de esa tarde. Hasta ahora, solo parece haber identificado a los autores materiales, pero éstos solamente obedecían órdenes de sus jefes políticos o deportivos, como el caso de la barra brava del club Olimpia, que obedecía a Mario Abdo Benítez.

De esta manera quedó parte del Congreso que fue quemado por los vándalos.
De esta manera quedó parte del Congreso que fue quemado por los vándalos.

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