HARARE, Zimbabwe.- El ex vicepresidente Emmerson Mnangagwa cumplió su viejo deseo de convertirse en jefe de Estado de Zimbabwe al ser nombrado oficialmente en un acto desarrollado ayer en el Estadio Nacional de Harare, la capital del país, colmado por miles de personas. Es el primer cambio de liderazgo desde la independencia, en 1980.
El nuevo estuvo vinculado durante casi 15 años a numerosos planes para reemplazar a Mugabe, que le costaron la destitución como vicepresidente el pasado día 6, forzada por la ambición de la ex primera dama, Grace Mugabe.
Su expulsión del poder fue el desencadenante definitivo para que sus viejos aliados del Ejército lo elevaran de una vez por todas a la presidencia, mediante lo que los zimbabuenses ya llaman “golpe cortés” contra el ya ex presidente Mugabe, de 93 años.
Su partido, la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabwe -Frente Patriótico (ZANU-PF), cofundada por un Mugabe al que cesó como número uno el pasado domingo, habla ahora del “comienzo de una nueva era y de un mejor país”.
Pese a esta euforia, el conocido popularmente como Ed (acrónimo de Emmerson Dambudzo, su nombre de pila completo) o “Cocodrilo” (por su modo de atacar a sus adversarios políticos) no entusiasma a todos en el país.
Tras la caída de Mugabe, los medios piden libertad de prensa y las asociaciones de derechos humanos reclaman que se dejen atrás las prácticas represivas que durante años han acompañado al régimen de Zimbabwe.