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El plan chavista de hacerse cargo de la provisión de combustibles en todo el Cono Sur, previo apoderamiento de la soberanía energética paraguaya estaba en plena ejecución cuando el juicio político le retiró las credenciales de administrador del país a Fernando Lugo. El Acuerdo de Cooperación Energética de Caracas, firmado en 2004 abrió esta posibilidad cuya concreción estaba a punto de materializarse con la cesión de las refinerías de Villa Elisa y las instalaciones de puerto Zarate, Rosario, Argentina. Hubo fuerte participación de Cristina Fernández, expresidente de Argentina en el plan.
ASUNCIÓN.- La primera parte del propósito impulsado por los líderes del Socialismo Siglo XXI fue la creación de un conglomerado; una suerte de súper empresa naviera que concentre el transporte de combustibles en la Región. La segunda fue la entrega de la soberanía energética paraguaya y convertir las refinerías de Villa Elisa y puerto Zarate (Rosario, Argentina) como centro de redistribución de la producción de Petróleos de Venezuela SA (PDVSA).
Para llegar al segundo objetivo Paraguay debía depender exclusivamente de PDVSA y paulatinamente se iba incrementando la importación de gasoil; y por consiguiente la deuda.
El gobierno de Cristina Fernández está muy involucrado en el plan de convertir a Petropar en cautivo de los caprichos empresariales de PDVSA chavista.
La entonces presidente de Argentina actuó a favor de empresas navieras argentinas en quiebra y para sacarlos del apuro financiero propuso a Chávez “una alianza naviera para la provisión de gasoil para la Región y la base operativa debía ser Paraguay; pero para ello se debía convertir a Petropar en centro de redistribución”.
Los buques en apuros económicos fueron entregados a la empresa argentina Fluviomar SA para operar en la hidrovía y otros cauces de la Región. Esta compañía se asoció con la paraguaya Conosur que transporta hidrocarburos para Petropar. El presidente de Fluviomar Andrés René Guzmán, es el titular de Conosur.
Fluviomar-Conosur, quedaron muy comprometidos con la deuda de las empresas argentinas que fueron protegidos por Fernández de Kirchner.
Hasta acá aparentemente no existe riesgos para los intereses paraguayos; sin embargo estaba generándose un plan que se apoderaría de la empresa petrolera del Estado.
Cristina Fernández y con Chávez crearon una sociedad para formar una mega navierabautizada Fluvioalba para administrar el negocio del gasoil con la entrega de los bienes de Petropar. Lugo jamás se pronunció sobre este cometido; dos gobiernos negociaban intereses paraguayos.
La alianza Fluviomar-PDVSA rescata a Fluviomar de una quiebra técnica y convierte a Fluvioalba dominante; en el transporte de hidrocarburos en la hidrovía Río de la Plata y del río Uruguay, así como en la hidrovía Paraguay-Paraná, conformado por Argentina, Uruguay, Paraguay, Brasil y Bolivia.
Para ello necesitaba una base de operaciones para la redistribución del gasoil.
Un informe que obra en el Congreso Nacional firmado por Cibar Granada, expresidente de Petropar en la era Lugo destaca que “el 60 y 70% del consumo de gasoil del país ya estaba en manos de Venezuela” y se visualizaban que Fernando Lugo permitía que este aprovisionamiento iba en aumento, también la deuda.
Existían ya facturas vencidas y no se justificaba el aumento del volumen de compra. El informe Granada dice que se llegó a un nivel de 10 veces más de lo que compró Nicanor Duarte Frutos.
El proyecto en marcha fue la instalación de tanques almacenamiento en puerto Zarate y desarrollar operaciones comerciales bajo la tutela de PDVSA. El plan incluía prospección, exploración y explotación de hidrocarburos en territorio paraguayo.
El juicio político a Lugo truncó el plan y de ahí se explica la furibunda reacción de Chávez que envió a su cancerbero Nicolás Maduro a intentar ejercer presión desde el Palacio de López el día que el Congreso destituyó al entonces presidente.
